La vaca del infinito


Por el Rabino Yaacov Haber

TRADUCIDO POR ELIYAHU BAYONAH BEN YOSEF

3/21/2014

La Paráh Adumáh o La Vaca Roja es el ejemplo clásico de una mitzvá que está más allá de nuestra comprensión.

Como se describe en  Bamidbar (19:1-22), la vaca tenía que ser sacrificada fuera del campamento y su sangre rociada en la dirección del lugar santísimo en el tabernáculo. En los tiempos del Templo, el lugar santísimo en el templo -Kodesh haKodashin-.

A continuación, la vaca era quemada toda con madera de cedro, un hilo escarlata e hisopo. Las cenizas se mezclaban en un recipiente que contiene agua de manantial.

La gran paradoja de todo el rito es que los Cohanim que realizaban la purificación se hacían a sí mismos contaminados. Este misterio, que la Pará adumáh purifica al contaminado y sin embargo, contaminaron al que estaba puro era, para los rabinos, el ejemplo supremo de lo insondable en relación con algunos de los mandamientos divinos.

Incluso el sabio rey Salomón, dicen los rabinos, fue incapaz de explicar el rito. (Yoma 14A)

'Es un decreto del Santo, bendito sea Él, quien declaró : 'He elaborado un estatuto, he emitido un decreto que no está sujeto a tu pregunta '

Como seres humanos hemos sido creados como seres finitos. Sólo podemos ver hasta donde alcanzamos, correr tan rápido o pensar tan profundamente. En un mundo finito  es blanco y negro, es bien y es mal, es luz y es oscuridad, puro e impuro. Distinciones y bordes no- borrosos son el resultado natural de nuestra finitud .

Di-s es infinito. En su mundo todo es uno. Para Dios no existe el bien y el mal ni lo puro y lo impuro. Para los seres humanos limitados el infinito es demasiado. Incluso la sabiduría de Salomón es finita y no puede comprender lo infinito.

Los maestros de la Cábala explican que a pesar de que no podemos comprender lo infinito todavía podemos tocarlo y hacerlo parte de nuestras vidas. De hecho, nuestras neshamot -almas- están conectadas al Infinito.

Imagine un niño sosteniendo la mano de su padre que es alto. Él no puede necesariamente articular o comprender el amor, la dedicación o la sabiduría de su padre, sin embargo, mediante el sostenimiento de su mano aún puede sentirse unido, seguro y confortado por su toque.

A través de las mitzvot de la Torá es que se puede tocar el infinito, crear la eternidad y darse la mano con el Infinito.

Infinito y  eternidad son dos extremos de la misma cuerda.

Shlomo Hamelej fue el maestro de la sabiduría en este mundo. Él construyó el Beit HaMikdash por lo que el Cielo puede tocar la Tierra. A través de las Mitzvot del Beit HaMikdash, es que en la Tierra se puede tocar el cielo.

La Vaca Roja representado la infinidad que podemos tocar. Lo Puro se convirtió en impuro y lo impuro se hizo puro porque en el mundo de Di-s  todo es uno .

 

Correos: eliyahubayonah@gmail.com

Copy Rights © Shalom Haverim Org

 

 

blog comments powered by Disqus