Por Rabí Nathan Lopes Cardozo


Como el Rabinato Jefe Israelí y algunas de nuestras autoridades halájicas parecen haber tomado un camino que resulta en producir a la gente gran dolor (1), haciendo así que el judaísmo sea repulsivo a los ojos de millones de israelíes y judíos alrededor del mundo, puede valer la pena para ellos que tomen nota de una observación notable hecha por nuestros sabios talmudicos.

El Talmud discute la identidad de un gavra rabbah, una persona excepcionalmente grande o sabio de la Torá. Cita una notable observación hecha por el conocido sabio Rava, quien dice:

"Cuán necios son algunas personas que se levantan [por respeto] por un Sefer Torá, pero no se ponen de pie por un gavra rabbah" (Makkot 22b).

Cuando se le preguntó qué es tan excepcionalmente grande acerca de estos hombres, Rava ignora su asombrosamente amplio conocimiento de la Torá, e incluso sus excepcionales cualidades éticas y religiosas. En cambio, observa su poder y coraje para cambiar el significado obvio y literal de un mandamiento como se menciona en la Torá. Esto es, para decir lo menos, más notable!

El ejemplo que Rava da es muy revelador:

Mientras la Torá ordena al Beit Din (tribunal judío) administrar 40 latigazos por ciertos delitos (Devarim 25: 2-3), los sabios los redujeron a 39 (2). Este coraje, dice Rava, para cambiar el significado literal del texto, es lo que los convirtió en personas extraordinariamente grandes. Reconocían la autoridad que les correspondía para interpretar el texto bíblico de acuerdo con el espíritu de la Torá Oral. Esta autoridad les dio el derecho, incluso la obligación, de cambiar el significado literal de ciertos textos bíblicos si se hacía evidente que una lectura más profunda, así como el espíritu de estos textos, requería tal movimiento. En nuestro caso, llegaron a la conclusión de que el número 40 no podía tomarse literalmente y, por lo tanto, debía reducirse a 39.

Por esta razón, Rava sostiene que estos Sabios deben ser respetados aún más que el Sefer Torá real, el texto bíblico. Después de todo, el texto es sólo el aspecto congelado o prenda exterior del organismo vivo, la Torá esencial. Es sólo en la Torá Oral, tal como lo explican los Sabios, que el verdadero significado del texto se vuelve aparente (Véase The Deliberately Flawed Divine Torah).

Sin embargo, esto no puede ser el significado completo de la declaración de Rava. Si el poder de los sabios se revela en su voluntad de cambiar el significado de un texto (como en el caso del número 39 en lugar de 40), uno debe preguntar lo siguiente: ¿Por qué Rava no cita el primer caso mencionado en la Torá, respecto de la cual los sabios cambiaron el número bíblico específico a uno más pequeño, y usan eso para probar que son grandes personas?

Es bien sabido que antes, en el Libro de Vayikrá (23:16, Torat Kohanim ad loc. 7), los Sabios cambiaron el número 50 a 49. Esto fue en el caso del período de Omer, durante el cual la Torá requiere contar Un total de 50 días entre el primer día de Pesaj y la fiesta de Shavuot, que luego caería en el día 51.

Después de estudiar cuidadosamente el texto, los Sabios redujeron el número de estos días a 49 y declararon que el 50º día, no el 51, debería ser Shavuot.

Es notable que Rava no trajo este caso para señalar que su disposición y valor para reducir el número de días les ganó el título de "gavra rabbah". Esto es especialmente sorprendente porque el Talmud siempre trae pruebas para una enseñanza específica de la fuente bíblica más antigua posible, nunca más tarde. En nuestro caso, sin embargo, la prueba del coraje de los sabios se aprende de un verso mencionado en Devarim, hacia el final de la Torá. Esto es desconcertante. ¿Por qué Rava no usó el versículo anterior, en Vaikrá?

La respuesta es obvia. Cambiar el significado del texto bíblico, o reducir un número, no es suficiente para un sabio para garantizar el título de gavra rabbah. Puede mostrar gran valor, pero no refleja el componente esencial de una persona excepcionalmente grande y sabio de la Torá.

¡Se convierte en un gavra rabbah cuando uno descubre un camino, por las buenas o por las malas, para reducir el dolor de los seres humanos compañeros! Cuando un sabio encuentra los medios, a través de la interpretación bíblica, para mitigar el castigo legal de otro ser humano, sólo entonces podemos hablar de un gavra rabbah, una persona extraordinariamente grande. Esto es especialmente notable cuando la persona que es castigada no es un hombre justo sino un pecador, o un criminal, que merece latigazos!

En nuestro caso de 40 latigazos prescritos por la Torá cuando se han cometido ciertos delitos, es un acto de misericordia encontrar maneras de reducir la sentencia del ofensor y administrar sólo 39. Tal iniciativa y coraje muestra absoluta grandeza moral.

Pero en el caso de reducir 50 días a 49, para hacer caer Shavuot un día antes, no hay alivio del dolor humano, así que ni el Talmud ni Rava caracterizan al Sabio en cuestión como un gavra rabbah, por brillante que sea (3).