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BEMIDBAR - NÚMEROS

CAPÍTULO 23

 

 

Este Capítulo de la Torá está dedicado a la Memoria de:

José -Yosef- BaYona Vila, Z''TL (Zejer Tzadik Livrajá)

 

 

23:1     Y dijo Balaam a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete toros y siete carneros.

Vayomer Bil'am el-Balak bneh-li vazeh shiv'ah mizbejot vehajen li bazeh shiv'ah farim veshiv'ah eylim.

23:2     E hizo Balac como había dicho Balaam, y ofrecieron Balac y Balaam un toro y un carnero sobre cada altar.

Vaya'as Balak ka'asher diber Bil'am vaya'al Balak uVil'am par va'ayil bamizbe'aj.

23:3     Y dijo Balaam a Balac: Ponte de pie junto a tu holocausto y yo me iré; tal vez venga la palabra del Eterno a mi encuentro, y lo que me mostrare (1) te lo anunciaré. Y se fue solo.

Vayomer Bil'am le-Valak hityatsev al-olateja ve'eljah ulay yikareh Adonay likrati udvar mah-yar'eni vehigadeti laj vayelej shefi.

23:4     Y vino la palabra de Dios a Balaam, y éste le dijo: Los siete altares los preparé, y he ofrecido un toro y un carnero en cada altar.

Vayikar Elohim el-Bil'am vayomer elav et-shiv'at hamizbejot arajti va'a'al par va'ayil bamizbe'aj.

23:5     Y el Eterno puso la palabra en boca de Balaam, y dijo: Vuelve a Balac y así hablarás.

Vayasem Adonay davar befi Vil'am vayomer shuv el-Balak vejoh tedaber.

23:6     Y volvió a él, y he aquí que estaba de pie junto a su holocausto, él con todos los señores de Moav.

Vayashov elay vehineh nitsav al-olato hu vejol-sarey Moav.

23:7     Y él profirió su discurso y dijo: Desde Aram me guió hacia aquí Balac, rey de Moav, desde las montañas del oriente (diciendo: Ven, maldice para mí a Jacob, y ven, haz irritar a Israel.

Vayisa meshalo vayomar min-Aram yanjeni Valak melej-Moav meharerey-Kedem lejah arah-li Ya'akov ulejah zo'amah Yisra'el.

23:8     ¿Cómo maldeciré a quien no ha maldecido Dios? Y ¿cómo irritaré a quien no ha irritado el Eterno?

Mah ekov lo kaboh El umah ez'om lo za'am Adonay.

23:9     Así como desde la cumbre de las peñas le veo, y desde las colinas le estoy contemplando, he aquí que es un pueblo que habita solo, y entre las demás naciones no será contado.(2)

Ki-merosh tsurim er'enu umigeva'ot ashurenu hen-am levadad yishkon uvagoyim lo yitjashav.

23:10   ¿Quién contó el polvo de Jacob, y enumeró el semen de Israel?, Muera yo con la muerte de los justos que hay entre ellos, y sea mi fin como el de ellos.

Mi manah afar Ya'akov umispar et-rova Yisra'el tamot nafshi mot yesharim utehi ajariti kamohu.

23:11   Y dijo Balac a Balaam: ¿Qué me has hecho? Para maldecir a mis enemigos te tomé, y he aquí que tú los has bendecido.

Vayomer Balak el-Bil'am meh asita li lakov oyvay lekajtija vehineh berajta varej.

23:12   Y él respondió diciendo: De cierto, lo que pusiere el Eterno en mi boca, aquello tendré cuidado de hablar.

Vaya'an vayomar halo et asher yasim Adonay befi oto eshmor ledaber.

23:13   Y le dijo Balac: Ven conmigo, te ruego, a otro lugar desde donde podrás verlo (al pueblo); solamente una parte de él verás, mas a todo el no verás, y maldícelo para mí desde ahí.

Vayomer elav Balak lej-na iti el-makom ajer asher tir'enu misham efes katsehu tir'eh vejulo lo tir'eh vekovno-li misham.

23:14   Y le llevó al campo de los atalayas, a la cumbre de la colina, y edificó siete altares y ofreció un toro y un carnero sobre cada altar.

Vayikajehu sdeh tsofim el-rosh hapisgah vayiven shiv'ah mizbejot vaya'al par va'ayil bamizbe'aj.

23:15   Y dijo (Balaam) a Balac: Ponte aquí de pie junto a tu holocausto, mientras el Eterno me encuentra por ahí.

Vayomer el-Balak hityatsev koh al-olateja ve'anoji ikareh koh.

23:16   Y vino la expresión del Eterno a Balaam, y puso la palabra en su boca, y le dijo: Vuelve a Balac, y así hablarás.

Vayikar Adonay el-Bil'am vayasem davar befiv vayomer shuv el-Balak vejoh tedaber.

23:17   Y vino a él, y he aquí que estaba junto a su holocausto, y los señores de Moav con él, y le dijo Balac: ¿Qué ha dicho el Eterno?

Vayavo elav vehino nitsav al-olato vesarey Moav ito vayomer lo Balak mah-diber Adonay.

23:18   Y profirió (Balaam) su discurso y dijo: Levántate, Balac, y oye; escúchame, oh hijo de Tzippor.

Vayisa meshalo vayomar kum Balak ushama ha'azinah aday beno Tsipor.

23:19   Dios no es persona para que mienta, ni es higo de hombre para que se arrepienta. Si El dijo, ¿no lo hará? Y si habló, ¿no lo cumplirá?

Lo ish el vijazev uven-adam veyitnejam hahu amar velo ya'aseh vediber velo yekimenah.

23:20   He aquí que para bendecir recibí orden; El bendijo y yo no lo revocaré.

Hineh varej lakajti uverej velo ashivenah.

23:21   El no vio iniquidad en Jacob y no vio perversidad en Israel. El Eterno, su Dios, está con él, y el jubilo de su Rey está con él.

Lo-hibit aven beYa'akov velo-ra'ah amal beYisra'el Adonay Elohav imo utru'at melej bo.

23:22   El Dios que le sacó de Egipto, a El pertenecen la fuerza y el alto poder.

El motsi'am miMitsrayim keto'afot re'em lo.

23:23   Porque no hay encantamiento en Jacob ni hay hechizo en Israel. Como ahora, en otros tiempos podrán decirse a Jacob y a Israel las obras que Dios ha hecho.

Ki lo-najash beYa'akov velo kesem beYisra'el ka'et ye'amer le-Ya'akov ule-Yisra'el mah-pa'al el.

23:24   He aquí que el pueblo como león se levantará, y como león se alzará, y no se acostará hasta que comiere la presa y bebiere la sangre de los muertos por espada.

Hen-am kelavi yakum veja'ari yitnasa lo yishkav ad-yojal teref vedam-jalalim yishteh.

23:25   Y dijo Balac a Balaam: ni maldecir le maldigas, ni tampoco bendecir le bendigas.

Vayomer Balak el-Bil'am gam-kov lo tikavenu gam-barej lo tevarajenu.

23:26   Y respondió Balaam y dijo a Balac: Ciertamente te hable diciendo: Todo cuanto hablare el Eterno, eso tengo que hacer.

Vaya'an Bil'am vayomer el-Balak halo dibarti eleyja lemor kol asher-yedaber Adonay oto e'eseh.

23:27   Y dijo Balac a Balaam: Ven, te ruego, y te llevaré a otro lugar; (3) tal vez agradará a los ojos de Dios y lo maldecirás para mí dedse ahí.

Vayomer Balak el-Bil'am lejah-na ekajaja el-makom ajer ulay yishar be'eyney ha'Elohim vekaboto li misham.

23:28   Y llevó Balac a Balaam a la cumbre de Peor, que domina sobre la faz de Yeshimón.

Vayikaj Balak et-Bil'am rosh hape'or hanishkaf al-peney hayeshimon.

23:29   Y dijo Balaam a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete toros y siete carneros.

Vayomer Bil'am el-Balak bneh-li vazeh shiv'ah mizbejot vehajen li bazeh shiv'ah farim veshiv'ah eylim.

23:30   E hizo Balac según había dicho Balaam, y ofreció un toro y un carnero en cada altar.

Vaya'as Balak ka'asher amar Bil'am vaya'al par va'ayil bamizbe'aj.

 

 

 

 

 

Comentario:

 

1

Solía Dios anunciar su intención por medio de símbolos que debían ser interpretados (ver Zacarías, cap. IV y Jeremías, I, 13).

 

2

Balaam, enemigo mortal del pueblo israelita, era además de profeta un hechicero. Antiguamente se atribuía a los hechiceros un gran poder. Este se apoya en la magia y en la superstición, y el mayor enemigo de la superstición es la fe religiosa, que tiene como objetivo principal el de proporcionar al ser humano la luz del espíritu. En esta primera profecía, Balaam, hablando del pueblo israelita, dijo: "He aquí que es un pueblo que habita solo, y entre las demás naciones no será contado" (vers. 9). En esta verdad consiste una de las peculiaridades del pueblo de Israel que siempre ha suscitado el antisemitismo. Cuando Amán (primer ministro del rey Asuero), quería exterminar a los israelitas de se imperio, su principal argumento consistió en estas palabras que se asemejan en cierto modo a las de Balaam: "Hay un pueblo esparcido y disperso entre los pueblos, en todas las provincias de tu reino, y sus leyes son diferentes a las de todos los pueblos... " (Esther, III, 8). Estas leyes de la Torah a las que se refiere Amán, fueron justamente las fuerzas poderosas que cuidaron hasta hoy de la supervivencia del pueblo de Israel.

 

3

Con el cambio del lugar (ver vers. 13 y 27) pensaba Balac que acontecería un cambio en el destino. Todavía hoy muchos piensan así y dicen: Shinuy makom, shinuy mazal (cambio de lugar, cambio de suerte), pero en el caso de Balac se nota que no ocurrió ninguna diferencia, y que Dios permaneció firme en su propósito de bendecir a Israel, puesto que El no notó iniquidad en Jacob ni perversidad en Israel.

 

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