Aliyot Haftará Tazría Metzorá
2 Reyes 7:3 - 20
Por Eliyahu BaYona
Ben Yosef, Director Shalom Haverim Org. New York
Aliyot es el plural hebreo de Aliá o
Aliyá que significa "subir". Cada vez
que una persona - Ole- sube a la Bimá a
leer una Aliá, el Maftir debe recitar la
Brajá -Bendición- antes de comenzar la
Lectura y al cerrar la misma. Esto se
hace cada vez que un invitado lee la
Porción -Parashá- correspondiente. Esta
es la Brajá de la Lectura de la Tora:
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Bendito seas Tú, Eterno Dios nuestro y Rey
del Universo, que escogiste
buenos profetas y te complaciste
en sus palabras, que fueron
enunciadas con verdad. |
Baruj atah Adonay jaboker batorah uveMoshe
avdo uveYisra'el amo uvinvi'ey
ja'emet vatsedek. |
Bendito seas Tú, Eterno, que escogiste la
Torah, a Moisés Tu siervo, a Tu
pueblo Israel y a profetas de la
verdad y y de la rectitud. |
Después de la Bendicion se lee la Haftará |
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Metsorá –Melajim 2, 7:3 – 7:20
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Y había
cuatro hombres leprosos (Guejazí
y sus hijos) a la entrada de la
puerta de la ciudad, los cuales
se dijeron unos a otros: ¿Por
qué nos quedamos sentados aquí
hasta que muramos? |
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Si
dijésemos: "entremos a la
ciudad", el hambre está dentro
de la ciudad y moriremos allí; y
si nos quedáramos aquí sentados,
moriremos también. Ahora pues,
pasémonos al campamento de Aram;
si ellos nos concedieren la
vida, viviremos, y si nos
hicieren morir, moriremos. |
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Levantáronse
pues al anochecer para irse al
campamento de Aram, y al llegar
a un extremo del campamento de
Aram, he aquí que no había allí
nadie; |
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porque el
Eterno había hecho que el
ejército de Aram oyese estruendo
de carros y estruendo de
caballos, estruendo de un gran
ejército, de modo que se decían
el uno al otro : "he aquí que el
rey de Israel ha tomado a sueldo
contra nosotros a los reyes de
los hiteos y a los reyes de
Egipto, para que vengan contra
nosotros", |
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por lo cual
se habían levantado y huido al
anochecer, abandonando sus
tiendas y sus caballos y sus
asnos, en fin, el campamento tal
cual estaba, y habían escapado
para salvar sus vidas. |
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Llegaron
pues aquellos leprosos al
extremo del campamento, y
entraron en una tienda y
comieron y bebieron; y se
llevaron de allí plata y oro y
vestidos, y se fueron y lo
escondieron. En seguida
tornaron, y entrando en otra
tienda se llevaron de allí
(objetos) también, y se fueron y
los escondieron. |
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Entonces se
dijeron el uno al otro: No es
bueno lo que hacemos. Este es un
día de buenas nuevas; si,
guardamos silencio y esperamos
hasta la luz de la mañana,
entonces la iniquidad nos
alcanzará. Venid pues y anunciémoslo a la casa
del rey. |
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Y fueron y
llamaron al guardia de la puerta
de la ciudad, y le avisaron
diciendo: Acabamos de ir al
campamento de Aram, y he aquí
que no había allí nadie, ni voz
de persona alguna, sino los
caballos atados y los asnos
atados, y las tiendas lo mismo
que estaban antes. |
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Y dio voces
el guarda a los guardas de la
casa del rey, y éstos hicieron
llegar la nueva al interior de
la casa del rey. |
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Y el rey se
levantó de noche y dijo a sus
siervos: Yo os diré lo que nos
han hecho los de Aram. Ellos
saben que estamos hambrientos,
por lo cual han salido del
campamento para esconderse en el
campo, diciendo : Cuando salgan
de la ciudad, los prenderemos
vivos y entraremos en la
ciudad". |
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Y respondió
uno de los siervos, diciendo:
"Tómense, si bien te parece,
cinco de los caballos que aún
restan (con los jinetes) que han
quedado en la ciudad; pues toda
la multitud de Israel que quedó
aquí restante, tendrá la misma
muerte de la multitud de Israel
que ya pereció; y enviémoslos y
veamos. |
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Y tomaron
dos jinetes con caballos y los
envió el rey en seguimiento del
ejército de Aram, diciendo: Id y
ved. |
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Le siguieron
pues hasta el Jordán, y he aquí
que todo el camino estaba lleno
de vestidos y de enseres que los
de Aram habían desechado en su
prisa. Y volvieron los enviados
y se lo avisaron al rey. |
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Y salió el
pueblo y saqueó el campamento de
Aram; y así fue que en efecto se
vendió una seá de flor de harina
por un siclo, y dos seás de
cebada por un siclo, conforme a
la palabra del Eterno. |
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Y el rey dio
la guarda de la puerta a aquel
capitán en cuyo brazo él se
apoyaba; y le atropelló el
pueblo en la puerta, de modo que
murió, conforme había dicho el
varón de Dios cuando bajó el rey
a él. |
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Porque
cuando el varón de Dios había
dicho al rey: "mañana a estas
horas se darán en la puerta de
Samaria por un siclo dos seás de
cebada, y por medio siclo una
seá de flor de harina", |
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aquel
capitán respondió al varón de
Dios, diciendo: He aquí que aun
cuando el Eterno hiciese
ventanas en el cielo ¿podría
suceder esto? Y él (el varón de
Dios) le respondió: He aquí que
tú lo verás con tus ojos, mas de
ello no comerás. |
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Y así mismo
le acaeció, porque el pueblo le
atropelló en la puerta, de
manera que murió. |
Al terminar la Porción debe leer esta Brajá:
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Bendito seas
Tú, Eterno, Dios nuestro y Rey
del Universo, fuerte de todos
los mundos, justo en todas las
generaciones; Dios fiel, que
dice y obra, que promete y
cumple, cuyas palabras son
verdad y justicia. |
Ne'eman,
atah ju Adonay Eloheynu,
vene'emanim devareyja, vedavar
ejad midvareyja ajor lo-yashuv
reykam, ki El melej ne'eman
verajaman atah. |
Fiel eres
Tú, Eterno, Dios nuestro, y tus
promesas son merecedoras de fe;
ninguna de Tus palabras dejará
de cumplirse, porque Tú eres
Dios y Rey fiel (y piadoso). |
Baruj atah
Adonay, ha'El jane'eman
bekol-devarav. -Amen |
Bendito seas
Tú, Eterno, Dios fiel en todas
tus palabras. -Amen |
Rajem
al-Tsiyon, ki ji beyt jayeynu,
vel'aluvat nefesh toshia
bimjeraj veyameynu. |
Ten piedad
de Sión, pues es el hogar de
nuestra vida, y salva a esa
ciudad afligida de espíritu,
pronto y en nuestros días. |
Baruj atah
Adonay, mesame'aj Tsiyon
bevaneyj. |
Bendito seas
Tú, Eterno, que alegras a Sión
en sus hijos. |
Samejenu,
Adonay Eloheynu, be'Eliyahu
janavi avdeja, uvmaljut beyt
David meshijeja. Bimjeraj yavo
veyagel libenu, |
Alégranos,
oh Eterno, Dios nuestro, con la
llegada de Elías, tu profeta y
servidor, y con el reinado de
David tu ungido. Llegue pronto su advenimiento y haga
regocijar nuestros corazones. |
al kis'o lo yeshev zar, velo yinjalu od ajerim et kevodo, ki
veshem kodsheja nishbata lo,
shelo yicbej nero le'olam va'ed. |
No permitas
que extraños se sienten en su
trono, ni que otros hereden de
su gloria, pues por tu santo
nombre le juraste que su luz
jamás se extinguirá. |
Baruj atah Adonay, magen David. |
Bendito seas
Tú, Eterno, Escudo de David. |
La Haftará comienza con el problema de
cuatro hombres afectados de Tzara'at.
Anteriormente el Rey de Aram había
sitiado a Shomrón, la capital de las
diez tribus del norte. Como resultado de
la guerra, un hambre tremenda afectó a
la ciudad. Cuando todo parecía perdido,
y las personas estaban pagando precios
exorbitantes por "comida" que no era
apropiada ni siquiera para roedores,
Elishá profetizó que en el próximo día
iba a haber mucho suministro de comida a
precios baratos. Uno de los sirvientes
del Rey vino a burlarse de Elishá
diciendo: "Si Dios haría ventanas en los
cielos, podría pasar esto realmente?!"
Elishá le respondió: "tú verás la comida
pero no tendrás el privilegio de comer
de ella". Cuando los cuatro hombres
afectados de tzara'at vieron que el
ejército de Aram se escapó sin ninguna
razón aparente (el ejército fue empujado
milagrosamente por Dios) llevaron la
noticia a Shomrón. La profecía de Elishá
se cumplió. Dios mandó lo prometido y el
sirviente que ridiculizó la profecía de
Elishá sobre el precio (sha'ar) de la
comida fue atrapado, hasta morir, en la
entrada (sha'ar) de la ciudad. A pesar
de que una Haftará normalmente no
termina con un desquite, quizás esta
Haftará que muestra cómo Dos trata a las
personas "ojo por ojo" nos da la
seguridad de que cuando nosotros seamos
rectos y justos estaremos recompensados
convenientemente.
Basado en el Meam Loez