BERESHIT-
Génesis - EN EL PRINCIPIO CAPITULO 1 (fonética sefaradí)
Bereshit bará
Elohim et hashamáyim ve'et
ha'árets.
Veha'árets
hayetáh
tohú
vavohú, vejóshej al-peney tehom,
verúaj Elohim
merajéfet
al-peney
hamáyim.
Vayomer Elohim:
yehí-or, vayehí-or.
Vayar Elohim et-ha'or
ki-tov; vayavdel Elohim beyn ha'or uveyn
hajóshej.
Vayikrá Elohim la-or
yom, velajóshej kará lailah. Vayehí-érev
vayehí-vóker: yom
ejad.
Vayomer Elohim:
yehí
rakía
betoj hamáyim vyhi mavdil beyn
máyim lamáyim.
Vaya'as Elohim et-harakía,,
vayavdel beyn hamáyim asher mitájat larakía
uvein hamáyim asher me'al larakía; vayehí-jén.
Vayikrá Elohim la-rakía,
shamáyim. Vayehí-érev vayehí-vóker: yom shení.
Vayomer Elohim:
yikavú hamayím mitájat hashamáyim el-makóm
ejad, vetera'éh hayabasháh; vayehí jén.
Vayikrá Elohim
layabasháh, érets ulemikvéh hamáyim kará yamím;
vayar Elohim ki-tov.
Vayomer Elohim:
tadshé ha'árets, deshe ésev mazria zera; ets pri
oseh perí leminó, asher zar'o-vó al-ha'árets;
vayehí-jén.
Vatotsé ha'árets
deshe, esev mazria zera leminehu, ve'ets oseh
prí asher zar'o-vó; leminehu vayar Elohim ki-tov.
Vayehí-érev
vayehí-vóker: yom
Vayomer Elohim:
yehí meorot birekía hashamáyim lehavdil bein
hayom uvein halailah, vehayú leotot, ulemoadím,
uleyamím veshaním.
Vehayú li-meorot
birekía hashamáyim leha'ir al-ha'árets; vayehí-jén.
Vaya'as Elohim
et-sheney hameorot hagdolim: et-hamaor hagadol
le-memshélet hayom, ve'et hamaor hakatón le-memshélet
halailah; ve'et hakojavím.
Vayiten otam
Elohim birekía hashamáyim, leha'ir al-ha'árets.
Velimshol bayom
uvalailah, ulehavdil bein ha'or uvein
hajoshej; vayar Elohim ki-tov.
Vayehí-érev
vayehí-vóker: yom revi'í.
Vayomer Elohim
yishretsú hamáyim shérets néfesh jayáh ve'of
yeofef al-ha'árets al-peney rekía hashamáyim.
Vayivrá Elohim
et-
Vayevárej otam
Elohim lemor: perú urevú umil'ú et-hamáyim
bayamim. Veha'of yirev ba'árets.
Vayehí-érev vayehí-vóker:
yom jamishí.
Vayomer Elohim
totsé ha'árets néfesh jayáh, lemináh
Vaya'ás Elohim et
jayat ha'árets lemináh, ve'et habehemáh
lemináh, ve'et kol-remes ha'adamáh leminehú;
vayar Elohim ki-tov.
Vayomer Elohim:
Vayivrá Elohim
et-ha'adam
Vayevarej otam
Elohim; vayomer lahem Elohim: perú urevú umil'ú
et-ha'árets, vejiveshuha, uredú bidegat hayam,
uve'of hashamáyim, uvejol-jayah haromeset al-ha'arets.
Vayomer Elohim:
hinéh natati lajem et-jol-ésev zorea zera,
asher al-peney kol-ha'árets, ve'et-kol-ha'ets
asher-bo feri-ets zorea zara, lajem yihyéh le-ojláh.
Ulejol-jayat
ha'árets ulejol-of hashamáyim, ulejol romes
al-ha'árets asher-bo néfesh jayáh, et-kol-yérek ésev
Vayar Elohim et-kol-asher
asáh vehinéh-tov me'od vayehí-érev vayehí-vóker:
yom hashishí. Comentario: Elohim (Dios) tiene en hebreo la forma plural, para
indicar que Dios comprende y unifica todas las fuerzas
infinitas y eternas. Y para que no se piense que son muchos
dioses, el verbo hará (creó) se empleó en singular
inmediatamente después de Elohim. Otros interpretan esto,
como, 'En el principio de la Creación de Dios de los
cielos y la tierra, la tierra estaba sin forma y
vacía...(Rashí). Muchos otros combinan los primeros tres
versos, asi: 'en el principio de la Creación de
Dios...cuando la tierra estaba sin forma y vacía...Dios
dijo: 'Que se haga la luz' (Bereshit Rabá). En este primer versículo vemos un propósito evidente, que
es el de dar al hombre la conciencia de que todo se debe a
la Creación Divina. Los antiguos mitos atribuían la
existencia del mundo al resultado de las luchas entre
diversos dioses, o debido a la casualidad o al capricho.
Pero la Torah nos muestra el Cosmos como expresión de la
Voluntad Divina, a Dios como primera causa de todas las
cosas, como Creador, Legislador y Conductor. Así lo interpreta la traducción aramea de Onkelós, pero
el exégeta Rashí (Rabí Shelomó Yitzjakí) explica que la
palabra toju (vana) significa asombro y consternación por la
variedad (boju) en que se encontraba la tierra. La mayoría de los traductores hallan dificultad en
traducir estas palabras, que tienen un sentido difícil de
captar para nuestro limitado entendimiento. Según el exégeta
Rashí, significan que el trono divino se cernía, por mandato
de Dios y por medio del aliento (ruaj) salido de su boca,
sobre la faz de las aguas, aparentemente con el fin de dar
aliento de vida a la materia inanimada (Gén.2,7 e
Isaías,18,5). Por otra parte, la traducción aramea de
Yonatán ben Uziel dice: "...y el espíritu de misericordia
procedente de Dios, soplaba sobre la faz de las aguas".
El exégeta Rashí traduce así el primer versículo del
Génesis: "En el principio, al crear Dios los cielos y la
tierra, la tierra estaba vana y vacía ... "pues la Escritura
Sagrada no quiere mostrar aquí el orden en que las cosas
fueron creadas; la prueba de esto es que el final del
segundo versículo da a entender que las aguas ya existían
antes que los cielos y que la tierra. Cielo (Saadia) Rakia en hebreo, literalmente 'expansión'.
Usualmente traducido como 'firmamento'. Uno Muchos doctores de la Ley trataron de conciliar la fecha
de la era hebrea con los últimos descubrimientos científicos,
los cuales revelan basándose en el "reloj de uranio", o sea
en la desintegración de las sustancias radiactivas de las
rocas, que la Tierra tiene aproximadamente unos 4 mil
millones de años. Sus esfuerzos resultaron inútiles. Por
consiguiente, para concertar la Escritura Sagrada con la
ciencia, tenemos que admitir que un día de la Creación no
equivale a un día ordinario, sino a un largo período de
tiempo, según lo describe el rey David en el salmo 90: "Pues
mil años en tus ojos son como día de ayer que se fue, y como
una de las vigilias de la noche". Con todo, los judíos
religiosos se atienen a la fe en las Escrituras Sagradas, y
cuentan los años a partir de los datos bíblicos. Estos dan
hasta hoy la fecha de 5.730. Según la costumbre sefaradita, aquí termina la lectura
del cohen -sacerdote- (1er Olé), en sábado. Con Olé se
designa en hebreo a la persona llamada para la lectura de la
Torah. Los antiguos babilonios creían que los dioses crearon el
mundo después de ardua lucha entre los fabulosos dragones,
los cuales habían precedido a la Creación. La Torah observa
que aún éstos mismos son producto de la creación de Dios.
Esta es la causa de que en el relato del Génesis no se
designe particularmente a ningún animal, salvo a los taniním,
que significa también dragones. La intención de la Escritura Sagrada aquí es la
especificación de los cuadrúpedos domésticos. Antiguamente era costumbre de los reyes y grandes
personalidades emplear el plural al hablar de sí mismos (ver
2 Samuel ,14,14); pero el Midrash comenta que Dios se
aconsejó con los ángeles sobre si convendría crear al hombre
o no. Maimónides, en su obra "Guía de los Descarriados",
distingue dos conceptos: tsélem (forma) y demut (semejanza),
de tóar (aspecto) y tavnit (configuración). Tóar y tavnit
expresan la figura material, mientras que tsélem y demut la
forma espiritual. La Torah, al indicar tsélem y demut define
el espíritu y nos confronta con uno de los principios
básicos del judaísmo. No es posible elevarse a Dios por
medio de la materia, tóar y tavnit, (ver Isaías 44, 13) y sí
por medio del espíritu, tsélem y demut. Con la imagen que Dios había hecho para formar al hombre,
y no significa a la imagen propia de Dios, puesto que Dios
no tiene forma alguna, como está explicado en el tercero de
los trece principios de fe de Maimónides: "En lo demut haguf,
veéno guf". El hombre fue creado al mismo tiempo con una semejanza
espiritual a la de Dios. En el capítulo 2, 21, la Escritura Sagrada nos cuenta con
todo detalle cómo hizo Dios para hacer a la mujer, y no
existe contradicción entre éste y aquel pasaje. Al principio Dios concedió al hombre el comer verduras y
frutas, y a los animales, hierbas; pero más tarde (ver
Génesis 9,3) se le permitió comer también carne de animales.
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1:1
En el principio creó
Dios los cielos y la
tierra.
1:2
Y la tierra estaba
vana y vacía, y (había) oscuridad sobre la
faz del abismo, y el espíritu de Dios se
cernía sobre la faz de las
aguas.
1:3
Y dijo Dios: Haya luz, y hubo
luz.
1:4
Y vio Dios la luz, que (era)
buena; y separó Dios la luz de la oscuridad.
1:5
Y llamó Dios a la luz, día, y
a la oscuridad llamó noche. Y fue tarde y fue
mañana: día
uno.
1:6
Y dijo Dios: Haya un
firmamento en medio de las aguas y que separe
las aguas de las aguas.
1:7
E hizo Dios el firmamento y
apartó las aguas que estaban debajo del
firmamento de las aguas que estaban arriba del
firmamento; y fue así.
1:8
Y llamó Dios al firmamento,
cielos. Y fue tarde y fue mañana: día segundo.
1:9
Y dijo Dios: Júntense las
aguas que están debajo de los cielos en un
lugar, y se vea lo seco; y fue así.
1:10
Y llamó Dios a lo seco,
tierra, y al conjunto de las aguas llamó
mares; y vio Dios que era bueno.
1:11
Y dijo Dios: Produzca la
tierra hierbas, hierba que dé simiente; árbol
de fruto que dé fruto de su especie, cuya
simiente esté en él, sobre la tierra; y fue
así.
1:12
Y produjo la tierra hierbas,
hierba que da simiente de su especie, y árbol
que da fruto, cuya simiente esta en él, según
su especie; y vio Dios que era bueno.
1:13
Y fue tarde y fue mañana:
día
tercero.
shlishí.
1:14
Y dijo Dios: Haya luceros en
la expansión de los cielos para apartar el día
de la noche, y sean por señales, y por plazos,
y por días y años;
1:15
y sean por luceros en la
expansión de los cielos para alumbrar sobre la
tierra; y fue así.
1:16
E hizo Dios los dos luceros
grandes: al lucero grande, para que señorease
en el día y al lucero pequeño para que
señorease en la noche; e (hizo también) las
estrellas.
1:17
Y las puso Dios en la
expansión de los cielos, para alumbrar sobre
la tierra,
1:18
y para señorear en el día y
en la noche, y para apartar la luz de la
oscuridad; y vio Dios que era bueno.
1:19
Y fue tarde y fue mañana:
día cuarto.
1:20
Y dijo Dios: Produzcan las
aguas enjambre de criaturas vivientes, y aves
que vuelen sobre la tierra, sobre la faz de la
expansión de los cielos.
1:21
Y creó Dios los grandes
cetáceos y todo ser viviente que anda
arrastrándose, que las aguas produjeron en
abundancia, según sus especies, y toda ave
alada según su especie; y vio Dios que era
bueno.
hataninim
hagedolim ve'et kol néfesh
hajayáh haroméset, asher shartsú hamáyim le-minéhem,
ve'et kol-of kanaf leminehú; vayar Elohim ki-tov.
1:22
Y los bendijo Dios,
diciendo: Fructificad y multiplicad llenad las
aguas en los mares. Y el ave se multiplique en
la tierra.
1:23
Y fue tarde y fue mañana:
día quinto.
1:24
Y dijo Dios: Produzca la
tierra ser viviente, según su especie,
cuadrúpedo y reptil y animal de la tierra según
su especie; y fue así.
behemáh
varemes vejayetó-érets lemináh; vayehí-jén.
1:25
E hizo Dios al animal de la
tierra según su especie, y al cuadrúpedo según
su especie, y a todo reptil de la tierra según
su especie; y vio Dios que era bueno.
1:26
Y dijo Dios:
Hagamos
un hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra semejanza, y que
señoree en los peces del mar, y en las aves de
los cielos, y en los animales, y en toda la
tierra, y en todo el reptil que anda
arrastrándose sobre la faz de la tierra.
na'aséh adam
betsalmenu, kidemutenu veyirdú
bidegat hayam, uve'of hashamáyim, uvabehemáh,
uvejol-ha'árets, uvejol-haremes, haromés al-ha'árets.
1:27
Y creó Dios al hombre a su
imagen,
a imagen de Dios lo
creó,
varón y hembra los
creó.
betsalmó, betselem Elohim
bará
otó,
zajar unekeváh bará
otam.
1:28
Y les bendijo Dios; y les
dijo Dios: Fructificad y multiplicad y henchid
la tierra, y sojuzgadla; y dominen sobre los peces
del mar, y a las aves de los cielos, y a todo
animal que se mueva sobre la tierra.
1:29
Y dijo Dios: He aquí que os
dí toda hierba que da simiente, que está sobre
la faz de toda la tierra; y todo árbol en que
hay fruto de árbol que da simiente, a vosotros
servirá para comer.
1:30
Y para todos los animales de
la tierra y para todas las aves de los cielos
y para todo ser que se mueva sobre la tierra
en que haya vida, toda verdura de hierba (les
servirá) para
comer;
y fue así.
le'ojláh; vayehí-jén.
1:31
Y vio Dios todo lo que hizo,
y he aquí que era bueno en gran manera; y fue
tarde y fue mañana: día sexto.
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