Organizacion Sin Animo de Lucro
Adscrita al Judaismo Ortodoxo Moderno
Desde Monsey, New York
parasha shemot beshalaj
Aliyot Shemot Beshalaj
Lectura Mediante Robot - Shemot - Éxodo-
Capítulo 13: 17 al 17:16 i
Jueces 4:4 - 5:31
Por Eliyahu BaYonah Ben Yossef, Director Shalom Haverim Org.Monsey,
New York
Aliyot es el plural hebreo de Aliá o Aliyá que significa "subir".
Cada vez que una persona - Olé- sube a la Bimá debe
recitar la Brajá -
Bendición - antes de comenzar el Baal Koréh -בעל קורא - la Lectura y al cerrar la misma. Esto se
hace cada vez que el Baal Koréh lee la Porción -Parashá-
correspondiente.
El Maftir es la última persona que se llama a la Bimá y es invitada
a leer la porción de la Haftará -Lectura de los Profetas-
Esta es la Brajá de la Lectura de
la Toráh:
Barejú et Adonai hamevoraj. |
Baruj Adonay hamevoraj le'olam va'ed. |
Baruj atáh Adonay Eloheynu melej ha'olam, asher bajar banu
mikol-ha'amim, venatán lanu et-torató. |
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LECTURA DE LA HAFTARÁ - Jueces
4:4 - 5:31
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Baruj atáh
Adonay jabóker batoráh uveMoshé avdó uveYisra'el amó
uvinvi'ey ja'emet vatsédek. |
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Ne'eman, atah ju Adonay Eloheynu,
vene'emanim devareyja, vedavar ejad midvareyja ajor
lo-yashuv reykam, ki El mélej ne'emán verajamán atáh. |
Baruj atáh Adonay, ha'El
jane'emán bekol-devarav. -Amén |
Rajem al -Tsiyón, ki ji beyt jayeynu, vel'aluvat néfesh toshia
bimjeraj veyameynu. |
Baruj atáh Adonay, mesame'aj Tsiyón bevaneyj. |
Samejenu, Adonay Eloheynu, be'Eliyahu janaví avdeja, uvmaljut
beyt David meshijeja. Bimjeraj yavó veyagel libenu, |
al kis'o lo yeshev zar, velo yinjalu od ajerim et kevodó, ki
veshem kodshejá nishbatá lo, sheló yicbej neró le'olam
va'ed. |
Baruj atáh Adonay, magén David. |
EN ESPAÑOL
Éxodo- Capítulo 13:
17 al 17:16
¡Bendecid al
Eterno, el Bendito! |
Bendito es
el Eterno, el Bendito para siempre. |
Bendito seas
Tu, oh Eterno nuestro Dios, Rey del universo que nos
elegiste entre todos los pueblos y nos diste Tu Toráh,
Bendito seas, oh Eterno, que nos concediste la Toráh. |
Bendito
seas, oh Eterno, que nos concediste la Toráh. AMEN |
|
E hizo Dios que el pueblo diese
vuelta por el camino del desierto hacia el mar Rojo. Y los
hijos de Israel subieron armados de la tierra de Egipto. |
Y tomo Moisés consigo los huesos de José, el cual
había juramentado rigurosamente a los hijos de Israel
diciendo: "Ciertamente os visitará Dios y haréis subir mis huesos de aquí con vosotros". |
Y partieron de Sucot y acamparon
en Etam, al extremo del desierto. |
Y el Eterno iba al frente de
ellos, de día en una columna de nube para guiarlos en el
camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles,
a fin de que anduviesen de día y de noche. |
No se apartaba la columna de nube
de día, ni la columna de fuego de noche, delante del pueblo. |
Y habló el Eterno a Moisés,
diciendo: |
Habla a los hijos de Israel para
que vuelvan y acampen delante de Pi Hajirot, entre Migdol y
el mar, enfrente de Baal Tzefón; frente a él acamparéis,
junto al mar, |
para que el Faraón diga de los
hijos de Israel: Están descarriados en el país, los tiene
encerrados "el desierto. |
Y Yo endureceré el corazón del
Faraón de manera que los persiga, y seré honrado por medio
del Faraón y de todo su ejército; y sabrán los egipcios que
Yo soy el Eterno. Y ellos lo hicieron así. |
Y fue dado aviso al rey de Egipto
de que había huído el pueblo, y se mudó el corazón del
Faraón y de sus siervos acerca del pueblo, de modo que
dijeron: ¿Qué es esto que hemos hecho, dejando ir a Israel
para que dejase de servirnos? |
Y unció el Faraón su carro y tomó
consigo a su pueblo. |
Tomó también seiscientos carros
escogidos, y todos los carros de Egipto, con capitanes sobre
todos ellos. |
Y el Eterno endureció el corazón
del Faraón, rey de Egipto, de modo que persiguió a los,
hijos de Israel; y los hijos de Israel salieron osadamente. |
|
Y el Faraón se acercó; y alzaron
los hijos de Israel sus ojos y he aquí que los egipcios
venían marchando tras ellos. Y temieron mucho, y clamaron
los hijos de Israel al Eterno. |
Y dijeron a Moisés: ¿Acaso por no
haber sepulturas en Egipto nos trajiste acá para morir en el
desierto? ¿Que has hecho de nosotros sacándonos de
Egipto? |
Ciertamente esto es lo que te
hablamos en Egipto diciendo: Déjanos para que sirvamos a los
egipcios. Porque mejor es para nosotros servir a los
egipcios que morir en el desierto. |
Y dijo Moisés al pueblo: No
temáis, permaneced firmes y ved la salvación que el Eterno
obrará para vosotros hoy; porque los egipcios que hoy habéis
visto, nunca más los volveréis a ver. |
El eterno peleará por vosotros y vosotros guardaréis silencio. |
|
Mas tu, alza tu vara y extiende
tu mano sobre el mar y hiéndelo, para que vayan los hijos de
Israel por en medio del mar, en seco. |
Y Yo, he aquí que endureceré el
corazón de los egipcios para que entren atrás de ellos, y
seré glorificado por medio del Faraón y de todo su ejército,
y de sus carros y de sus jinetes. |
Y sabrán los egipcios que Yo soy
el Eterno al ser glorificado por medio del Faraón, sus
carros y sus jinetes. |
Y el ángel del Eterno que iba
delante de las huestes de Israel, se apartó de allí y se fue
tras ellos; se apartó también la columna de nube delante de
ellos, y se puso detrás de ellos. |
De manera que se colocó entre el
campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era
nube y tinieblas (para los egipcios), mas alumbraba (la
columna de fuego para Israel) de noche; de modo que no se
acercaron los unos a los otros en toda la noche. |
Y extendió Moisés su mano sobre
el mar y empujó el Eterno al mar, con un fuerte viento
oriental, toda aquella noche, y convirtió el mar en tierra
seca, y fueron hendidas las aguas. |
Y entraron los hijos de Israel
por en medio dio del mar, en seco, y las aguas eran para
ellos como una muralla a su derecha y a su izquierda. |
Y siguieron los egipcios a su
alcance, y entraron tras ellos todos los caballos del
Faraón, sus carros y sus jinetes, hasta en medio del mar. |
Mas aconteció a la vigilia de la
mañana, que dirigió el Eterno una mirada hacia el ejercito
de los egipcios, por medio de las columnas de fuego y de
nube, y confundió al ejército de los egipcios. |
Y quitó las ruedas de sus carros,
de manera que los hizo avanzar con dificultad. Entonces
dijeron los egipcios: ¡Huyamos de la presencia de Israel,
porque el Eterno pelea por ellos contra los egipcios! |
|
Y extendió Moisés su mano sobre
el mar, y al romper la mañana se volvió el mar a su estado
de fuerza; y los egipcios huyeron hacia el otro lado del
mar), y así envolvió el Eterno a los egipcios en medio del
mar. |
Y volvieron las aguas y cubrieron
los carros y los jinetes de todo el ejército del Faraón que
habían entrado tras ellos en el mar; de modo que no quedó de
ellos ni siquiera uno. |
Mas los hijos de Israel
anduvieron en seco por medio del mar, teniendo las aguas por
muro a su derecha y a su izquierda. |
Y salvó el Eterno en aquel día a
Israel de mano de los egipcios; y vio Israel a los egipcios
muertos sobre la orilla del mar. |
Y vio Israel el gran poder que
ejerció el Eterno contra los egipcios, y temió el pueblo al
Eterno, y creyeron en el Eterno y en Moisés, su siervo. |
Entonces cantaron Moisés y los
hijos de Israel este cántico al Eterno,
y dijeron así: ¡Cantaré al Eterno, porque se ha ensalzado
grandemente! ¡Al caballo y a su jinete ha arrojado en la
mar! |
Mi fuerza y mi canción es el
Eterno. El fue mi salvación y yo le haré una morada. El es
el Dios de mi padre y le ensalzaré. |
El Eterno es varón de guerra. ¡Eterno es su nombre! |
Los carros del Faraón y su
ejército El ha arrojado en la mar; y sus capitanes más
escogidos fueron hundidos en el mar Rojo. |
Los abismos los cubrieron;
descendieron a las profundidades como una piedra. |
Tu diestra, oh Eterno, es
poderosa en fuerza; tu diestra, oh Eterno, quebranta al
enemigo. |
Y en la grandeza de tu majestad
derribas a los que se levantan contra Ti; envías tu ira que
los consume como rastrojo. |
Y con el soplo de las ventanas de
tu nariz se amontonaron las aguas, se alzaron las corrientes
como en montón; se cuajaron los abismos en el corazón del
mar. |
Dijo el enemigo: ¡Perseguiré,
alcanzaré, repartiré, se henchirá de ellos mi alma. ¡Desenvainaré mi espada, mi poder los
debilitará! |
Mas Tú soplaste con tu viento y
los cubrió el mar. ¡Se hundieroncomo plomo
en las poderosas aguas! |
¿Quién como Tú entre los fuertes,
oh Eterno? ¿Quién como Tú, fuerte en santidad, reverenciado
en alabanzas, hacedor de maravillas? |
¡Extendiste tu diestra y los
tragó la tierra! |
Guiaste con tu merced al pueblo
al cual redimiste; lo condujiste con tu poder a tu santa
morada. |
Oyeron los pueblos y se
estremecieron. ¡Congoja se apoderó de los habitantes de
Filistea! |
Entonces fueron turbados los
caudillos de Edom; los poderosos de Moav, estremecimiento se
apoderó de ellos; se derritieron todos los moradores de
Canaán. |
Cayeron sobre ellos miedo y
pavor. Por la grandeza de tu brazo enmudecieron como una
piedra, hasta que pasó tu pueblo, oh Eterno, hasta que pasó
el pueblo que Tú mimaste. |
Los traerás y los plantarás en el
monte de tu herencia, lugar que preparaste para tu misma
habitación, oh Eterno; en el santuario, Eterno, que
establecieron tus manos. |
¡Eterno reinará para siempre y
siempre! |
Cuando los caballos del Faraón y
sus carros y sus jinetes entraron en el mar, el Eterno hizo
volver sobre ellos las aguas del mar; pero los hijos de
Israel anduvieron en seco por en medio dio del mar. |
Y Miriam la profetisa, hermana de
Aarón, tomó un pandero en su mano, y salieron todas las
mujeres tras ella, con panderos y con danzas. |
Y Miriam respondió al canto de
ellas: ¡Cantad al Eterno porque se ha ensalzado grandemente!
¡Al caballo y a su jinete arrojó en la mar! |
Y Moisés condujo a los hijos de
Israel del mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y
anduvieron tres días en el desierto y no encontraron agua. |
Y llegaron a Mará; mas no
pudieron beber agua de Mará, porque era amarga; por tanto le
pusieron el nombre de Mará. |
Y se quejó el pueblo contra
Moisés diciendo: ¿Qué beberemos? |
Y él clamó al Eterno, y le mostró
el Eterno un árbol y lo arrojó a las aguas, y las aguas se
endulzaron. Allí impuso (Dios al pueblo) estatutos y
juicios, y allí lo probó. |
Y El dijo: Si oyeres atentamente
la voz del Eterno, tu Dios, e hicieres lo que es recto a sus
ojos, y prestares oídos a sus mandamientos, y guardares
todos sus estatutos, entonces no enviaré sobre ti ninguna
enfermedad de las que envié, sobre los egipcios |
|
Y partieron de Elim y llegó toda
la congregación de los hijos de Israel al desierto de Sin,
que está entre Elim y Sinay, a los quince días del segundo
mes de su salida de la tierra de Egipto. |
Y se quejó toda la congregación
de los hijos de Israel contra Moisés y Aarón, en el
desierto; |
y les dijeron los hijos de
Israel: Ojalá hubiéramos muerto a manos del Eterno en la
tierra de Egipto, cuando estábamos sentados junto a la olla de carne, y cuando comíamos pan hasta hartamos;
porque nos habéis sacado a este desierto para matar |
Y dijo el Eterno a Moisés: He
aquí que haré llover sobre vosotros pan desde el cielo; y
saldrá el pueblo y recogerá diariamente la porción de un
día, para que Yo pruebe si anda en mi ley o no. |
Y sucederá que en el día sexto,
cuando preparen lo que van a traer, será el doble de lo que
suelen recoger cada día. |
Y Moisés y Aarón dijeron a todos
los hijos de Israel: A la tarde conoceréis que el Eterno es
quien os sacó de la tierra de Egipto, |
y por la mañana veréis la gloria
del Eterno, porque El oye vuestras murmuraciones contra el
Eterno; pues en cuanto a nosotros ¿qué somos para que os
quejéis contra nosotros? |
Y dijo Moisés: (Esto sucederá)
cuando a la tarde el Eterno os diere a comer carne, y por la
mañana pan hasta hartaros, porque el Eterno ha oído vuestras
quejas con que os quejáis contra El. Y ¿qué somos nosotros?
Vuestras quejas no son contra nosotros, sino contra el Eterno. |
Y dijo Moisés a Aarón: Di a toda
la congregación de los hijos de Israel: "Acercaos a la
presencia del Eterno, porque El ha oído vuestras quejas". |
Y sucedió que cuando hablaba
Aarón a toda la congregación de los hijos de Israel,
volvieron el rostro hacia el desierto;, y he aquí que la
gloria del Eterno apareció en una nube. |
|
Oí las quejas de los hijos de
Israel; háblales diciendo: "A la caída de la tarde comeréis
carne, y por la mañana os hartaréis de pan, y sabréis que Yo
soy el Eterno, vuestro Dios". |
Y sucedió que a la tarde subieron
las codornices y cubrieron el campamento; por la mañana
había una capa de rocío alrededor del campamento. |
Y cuando se evaporó la capa de
rocío, he aquí sobre la faz del desierto una cosa fina,
descubierta, fina como la escarcha, sobre la tierra. |
Y vieron los hijos de Israel y se
dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto?, pues no sabían qué
era. Entonces les dijo Moisés: Este es el pan que el
Eterno os ha dado para comer. |
Esta es la cosa que ha ordenado
el Eterno: Recoged de ello cada uno según lo que pueda
comer, un ómer por cabeza
conforme al número de vuestras personas; lo tomaréis cada
uno para los que están en su tienda. |
Y lo hicieron así los hijos de
Israel, y recogieron unos más, otros menos (conforme al
número de las personas). |
Y cuando lo midieron con el ómer
nada tenía de más el que recogió mucho, y al que recogió
poco nada le faltaba; cada uno había recogido según lo que
podía comer. |
Y Moisés les dijo: Nadie deje
sobras de ello hasta la mañana. |
Y no escucharon a Moisés y
algunos dejaron de ello hasta la mañana, y crió gusanos y
hedió. Y se indignó contra ellos Moisés. |
De esta manera lo recogían todas
las mañanas, cada uno según lo que podía comer; mas en
calentando el sol se derretía. |
Y sucedió que el día sexto
recogieron doble cantidad de pan, dos ómer para cada
persona. Entonces todos los príncipes de la congregación
vinieron y se lo avisaron a Moisés. |
Y el respondió: Esto es lo que ha
dicho el Eterno: "Mañana es día de descanso, sábado santo
consagrado al Eterno; lo que habéis de cocer, cocedlo, y lo
que habéis de guisar, guisadlo; y todo lo que sobre ponedlo
aparte para vosotros, guardándolo hasta mañana. |
Y ellos lo pusieron aparte hasta
la mañana como se lo había mandado Moisés, y no hedió ni
hubo en ello gusano. |
Dijo entonces Moisés: Comedlo
hoy, porque hoy es sábado para el Eterno; hoy no lo
hallaréis en el campo. |
Seis días lo recogeréis, mas en
el séptimo día, que es sábado, no lo habrá en él. |
Pero aconteció en el día séptimo
que salieron algunos del pueblo para recogerlo y no lo
hallaron. |
Dijo pues el Eterno a Moisés:
¿Hasta cuándo rehusaréis guardar mis mandamientos y mis
leyes? |
He aquí que el Eterno os ha dado
el sábado; por tanto en el sexto día os da el pan de dos
días. Estése cada hombre en su estancia; no salga nadie de
su lugar en el día séptimo. |
Y holgó el pueblo en el día séptimo. |
Y la casa de Israel lo nombró man
(maná); y era como simiente de cilantro, blanca; y su sabor
era como de buñuelo con miel. |
Y dijo Moisés: Esto es lo que ha
ordenado el Eterno: Llenad un ómer de él y guárdese para
vuestras generaciones venideras, a fin de que vean el pan
que os di a comer en el desierto, cuando os saqué de la
tierra de Egipto. |
Y dijo Moisés a Aarón: Toma una
vasija y pon en ella el contenido de un omer de maná, y
ponlo delante del Eterno a fin de guardarlo para vuestras
generaciones venideras. |
Y Aarón lo puso delante del
Testimonio para guardarlo, así como el Eterno lo ordenó a
Moisés. |
Y los hijos de Israel comieron el
maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; el
maná comieron hasta que entraron en los confines de la
tierra de Canaán. |
El ómer es la décima parte de la
efá. |
|
Y el pueblo altercó con Moisés
diciendo: ¡Dadnos agua para que bebamos! Y les dijo Moisés:
¡Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué probáis al Eterno? |
Allí pues padeció el pueblo por
la falta de agua, y se quejó el pueblo contra Moisés y dijo:
¿Por qué nos has hecho subir de Egipto para matamos de sed a
mí y a mis hijos y a mis ganados? |
Y clamó Moisés al Eterno
diciendo: ¿Qué he de hacer con este pueblo? Un poco más y me apedrearán. |
Y dijo el Eterno a Moisés: Pasa
delante del pueblo y toma contigo de los ancianos de Israel,
y tu vara con que heriste el río la tomarás en tu mano, y
anda. |
He aquí que Yo estaré enfrente de
ti, allí sobre la peña en Horev; y herirás la peña y saldrán
de ella aguas, y el pueblo beberá. E hizo así Moisés a ojos
de los ancianos de Israel. |
Y llamó el nombre de aquel lugar
Massá y Merivá, por razón del altercado de los hijos de
Israel, y por haber ellos probado al Eterno diciendo: ¿Está
el Eterno en medio de nosotros o no? |
Y vino Amalec y peleó
contra Israel en Refidim. |
Y Moisés dijo a Josué (Yehoshúa):
Escoge hombres para nosotros y sal y pelea contra Amalec.
Mañana yo estaré en pie sobre la cima de la colina, y la
vara de Dios estará en mi mano. |
E hizo Josué como le había dicho
Moisés, y peleó contra Amalec. Y Moisés y Aarón y Jur
subieron a la cima de la colina. |
Y aconteció que mientras Moisés
tenía alzada su mano vencía Israel, mas siempre que bajaba
su mano vencía Amalec. |
Pero las manos de Moisés estaban
pesadas (cansadas), por lo cual tomaron una piedra y se la
pusieron debajo, sentándose él sobre ella, en tanto que
Aarón y Jur le sostenían las manos, el uno de una parte y el
otro de la otra; de esta suerte estuvieron firmes sus manos
hasta el ocultamiento del sol. |
Y Josué debilitó a Amalec y a su
pueblo a filo de espada. |
|
Y edificó Moisés un altar, y le
puso por nombre "El Eterno me hizo aquí milagros". |
Y dijo: El Eterno levantó su mano
y juró sobre su trono que el Eterno tendrá guerra con Amalec
de generación en generación. |
|
Bendito seas Tu oh Eterno nuestro
Dios, Rey del Universo que nos diste (Tu Torah), la Toráh de
la Verdad, e implantaste en nosotros la Vida Eterna. |
Bendito seas, oh Eterno, que nos
concediste la Toráh. (TODOS DICEN
AMEN) |
LECTURA DE LA HAFTARÁ Jueces
4:4 - 5:31
Bendito seas
Tú, Eterno Dios nuestro y Rey del Universo, que escogiste
buenos profetas y te complaciste en sus palabras, que fueron
enunciadas con verdad. |
Bendito seas
Tú, Eterno, que escogiste la Toráh, a Moisés Tu siervo, a Tu
pueblo Israel y a profetas de la verdad y y de la rectitud. |
|
Y Débora (Devorah), profetisa,
mujer de virtudes, juzgaba a Israel en aquel tiempo. |
Y solía estar sentada bajo la
palmera de Débora entre Ramá y Bet-El, en la montaña de
Efraín; y los hijos de Israel acudían a ella para celebrar
juicio. |
Y ella envió a llamar a Barak,
hijo de Abinóam, de Kédesh-Naftalí, y le dijo: En verdad ha
ordenado el Eterno, Dios de Israel: Anda y reúne gente en el
monte Tabor, tomando contigo diez mil hombres de los hijos
de Naftalí y de los hijos de Zebulón. |
Yo atraeré hacia ti, hacia el
torrente de Kishón, a Siserá, jefe del ejército de Jabin
(Yavín), con sus carros y con la multitud de su pueblo, y le
entregaré en tu mano. |
Y Barak le contestó: Si tú fueres
conmigo, iré; pero si no fueres conmigo, no iré. |
Y ella dijo: De seguro iré yo
contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que vas a
emprender, porque en mano de una mujer entregará el Eterno a
Siserá. Y se levantó Débora y fue con Barak a Kédesh. |
Entonces Barak convocó a la tribu
de Zebulón y a la de Naftalí en Kédesh, y subieron en pos de
él diez mil hombres; también Débora subió con él. |
Y Jéber el keneo se había
separado del resto de los keneos, o sea de los hijos de
Jovav, suegro de Moisés, y había armado sus tiendas hasta
llegar a la planicie de Tzaananim, que está junto a Kédesh. |
Y avisaron a Siserá que Barak,
hijo de Abinóam, había subido al monte Tabor. |
Y Siserá juntó todos sus carros,
novecientos carros de hierro, con todo el pueblo que estaba
con él, desde Jaróshet de los Gentíos hasta el torrente de
Kishón. |
Y dijo Débora a Barak:
¡Levántate, porque éste es el día en que el Eterno ha
entregado a Siserá en tu mano! Ciertamente el ángel del
Eterno salió delante de ti (para que obtengas triunfo). Y
bajó Barak del monte Tabor, y diez mil hombres tras él. |
Y el Eterno desbarató a Siserá
delante de Barak, con todos sus carros y todo su ejército, a
filo de espada; y Siserá, bajándose de su carro, huyó a pie. |
Mas Barak persiguió a los carros
y al ejército hasta Jaróshet de los Gentíos; y cayó todo el
ejército de Siserá a filo de espada, hasta no quedar ni uno. |
Y Siserá huyó a pie a la tienda
de Jael (Yael), mujer de Jéber el keneo, porque había paz
entre Jabin, rey de Jatzor, y la casa de Jéber el keneo. |
Y salió Jael al encuentro de
Siserá y le dijo: ¡Entra, señor mío, entra aquí, no temas! Y
entró a su tienda, y ella. le tapó con una colcha. |
Y él le dijo: Dame, te ruego, un
poco de agua, porque tengo sed. Y ella abrió un odre de
leche, le dio de beber y le volvió a tapar. |
Y él le dijo: Ponte a la puerta
de la tienda, y si alguno viniere y te preguntare, diciendo:
"¿hay aquí alguien?" le responderás: "No hay". |
Y Jael, mujer de Jéber, cogió el
clavo grande de la tienda, echó mano al martillo, se llegó a
él calladamente y le clavó el clavo en la sien, de modo que
penetró en la tierra; porque él había caído en profundo
sueño, pues estaba fatigado; y así murió. |
Y he aquí que Barak venía
persiguiendo a Siserá; y salió Jael a su encuentro y le
dijo: Ven y te mostraré al hombre que estás buscando; entró
pues adonde ella estaba, y he aquí que Siserá placía muerto
con el clavo en su sien. |
Así Dios en aquel día humilló a
Jabín, rey de Canaán, ante los hijos de Israel. |
Y el poder de los hijos de Israel
prevaleció cada vez más contra Jabin, rey de Canaán, hasta
que acabaron de destruir a Jabin, rey de Canaán. |
Y en aquel día cantaron Débora y
Barak, hijo de Abinóam, diciendo: |
iPor haberse vengado el Eterno de
los enemigos por medio de Israel, y por haberse ofrecido
voluntariamente el pueblo, bendecid al Eterno! |
¡Oíd, reyes; prestad atención, oh
príncipes! Yo pertenezco al Eterno, yo le cantaré; elevaré
salmos al Eterno, Dios de Israel. |
Oh, Eterno, cuando Tú saliste de
Seír, cuando marchaste desde el campo de Edom, la tierra se
estremeció, también los cielos gotearon, también las nubes
gotearon aguas. |
Transpiraron los montes ante la
presencia del Eterno, como el monte de Sinay ante el Eterno,
Dios de Israel. |
En los días de Shamgar, hijo de
Anat, en los días de Jael, cesaron las caravanas y los
viajeros caminaban por atajos sinuosos. |
Cesaron también las ciudades
abiertas en Israel, cesaron, hasta que yo, Débora, me
levanté, hasta que me levanté por madre de Israel. |
Cuando Israel escogió para él
nuevos dioses, entonces hubo guerra a las puertas de sus
ciudades. Cuando estaba Israel con Dios, veíase por ventura
escudo o lanza entre cuarenta mil de Israel cuando vencían? |
¡Mi corazón se inclina hacia los
jefes de Israel que se ofrecieron voluntariamente entre el
pueblo! ¡Bendecid al Eterno! |
¡Vosotros, los que cabalgáis en
asnas blancas, los que os sentáis sobre alfombras para
juzgar y los que andáis por el camino, hablad de esto! |
En el lugar donde se oye la voz
estruendosa de los arqueros, en medio de las pilas de aguas,
allí será oída la voz de los que hablan de las justicias del
Eterno, de las justicias para con las ciudades abiertas en
Israel; ahora baja libremente a las ciudades el pueblo del
Eterno. |
¡Despierta, despierta, Débora!
¡Despierta, despierta, entona un cántico! ¡Levántate, Barak,
lleva presos a tus cautivos, oh hijo de Abinóam. |
Entonces subyugó el resto del
pueblo a los poderosos de los idólatras. El Eterno hará que yo subyugue a los valientes. |
De Efraín, de su raíz, salió
Josué quien subyugó a Amalek; tras él ha de salir de
Benjamín (Saúl), quien lo subyugará nuevamente con mucho
pueblo. De Majir descendieron a la guerra los comandantes, y
de Zebulón los que llevan la pluma del escribano. |
Y los príncipes de Isajar estaban
con Débora, e Isajar hizo como Barak, al valle se arrojó en
seguimiento de él. Por la separación de Rubén, que no entró
en esta guerra, hubo sobre esto grandes conjeturas. |
¿Por qué te sentaste, oh Rubén,
junto a las fronteras? ¿Acaso es para escuchar a los que
pitan llamando a los rebaños? Por esto, por la separación de
Rubén, que no entró en esta guerra, grandes conjeturas se
harán. |
Si es porque Rubén estaba lejos
del lugar de la guerra, Guilad también quedaba del otro lado
del Jordán. Y Dan ¿por qué no vino? ¿Acaso es porque vive en
la vecindad de los navíos? Asher tuvo razón en no venir,
porque habita en la costa. del mar y mora en ciudades no
amuralladas. |
Zebulón son gente que despreció
su vida hasta la muerte, y también Naftalí sobre las alturas
del campo de batalla. |
Entre tanto, vinieron reyes y
pelearon en ayuda de Siserá; reyes de Canaán pelearon
entonces, desde Taanaj hasta junto a las aguas de Meguidó,
mas no se llevaron ganancia de plata. |
¡Desde los cielos pelearon! ¡Las
estrellas salieron de sus órbitas y pelearon contra Siserá. |
El torrente de Kishón los
arrastró, las antiguas y escasas aguas del torrente
aumentaron en el torrente de Kishón! ¡Oh, alma mía, pisoteaste la fuerza
del enemigo! |
¡Entonces se hirieron los cascos
de los caballos en el galope desenfrenado, a causa de la
impetuosa huida, huida de sus valientes! |
¡Maldecid a Meroz, dijo el ángel
del Eterno, maldecid duramente a los habitantes de ella,
porque no acudieron en ayuda del pueblo del Eterno, en ayuda
del pueblo del Eterno contra los fuertes! |
¡Bendita sobre todas las mujeres
sea Jael, mujer de Jéber el keneo; sobre las mujeres
moradoras en tiendas, sea ella bendita! |
Agua pidió él, leche le dio ella;
en taza de príncipes le ofreció crema. |
Extendió la mano izquierda al
clavo, y su mano derecha al martillo de obreros, y martilló
a Siserá, le golpeó la cabeza, le hirió y le traspasó la
sien. |
Entre los pies de ella cayó de
rodillas, quedó tendido. Entre los pies de ella cayó de
rodillas, adonde se arodilló, ahí mismo cayó muerto. |
Desde la ventana avizoraba la
madre de Siserá y exclamaba a través de la reja: ¡Por qué
tarda su carro en venir? ¿Por qué se atrasan las pisadas de sus
carros? |
Las más sabias de sus damas le
contestaban, y ella misma volvía a darse respuesta: |
¿No están hallando y repartiendo
los despojos? A cada varón una o dos doncellas; despojo de
diversos colores para Siserá, despojo de diversos colores
bordados; de diversos colores bordados de los dos lados;
estarán siendo repartidos para los cuellos de los
despojadores. |
¡Así perezcan todos tus enemigos,
oh Eterno! Mas los que le aman sean como cuando el sol se
levanta, y su fuerza va en aumento. Y la tierra
descansó cuarenta años. |
|
Bendito seas Tú, Eterno, Dios
nuestro y Rey del Universo, fuerte de todos los mundos,
justo en todas las generaciones; Dios fiel, que dice y obra,
que promete y cumple, cuyas palabras son verdad y justicia. |
Fiel eres Tú, Eterno, Dios
nuestro, y tus promesas son merecedoras de fe; ninguna de
Tus palabras dejará de cumplirse, porque Tú eres Dios y Rey
fiel (y piadoso). |
Bendito seas Tú, Eterno, Dios
fiel en todas tus palabras. -Amen |
Ten piedad de Sión, pues es el
hogar de nuestra vida, y salva a esa ciudad afligida de
espíritu, pronto y en nuestros días. |
Bendito seas Tú, Eterno, que
alegras a Sión en sus hijos. |
Alégranos, oh Eterno, Dios
nuestro, con la llegada de Elías, tu profeta y servidor, y
con el reinado de David tu ungido. Llegue pronto su advenimiento y haga regocijar nuestros
corazones. |
No permitas que extraños se
sienten en su trono, ni que otros hereden de su gloria, pues
por tu santo nombre le juraste que su luz jamás se
extinguirá. |
Bendito seas Tú, Eterno, Escudo
de David. |
NOTAS EXPLICATORIAS:
RESUMEN DE LA PARASHÁ
Paró finalmente envía a Bnei Israel fuera de Egipto. Hashem dirige
al pueblo judío hacia Eretz Israel con columnas de nubes y fuego en
una ruta circundante que evita a los plishtim (filisteos). Paró
lamenta la pérdida de tantos esclavos y persigue a los judíos con su
ejército. Los Bnei Israel se asustan mucho al ver a los egipcios
aproximarse, pero Hashem los protege. Moshé levanta su bastón y
Hashem parte el mar permitiendo que Bnei Israel lo cruce sin
peligro. Paró, con el corazón endurecido por Hashem, ordena a su
ejército perseguir a Bnei Israel, y al hacerlo las aguas caen sobre
la armada egipcia. Moshé y Miriam dirigen a hombres y mujeres,
respectivamente, en un canto de agradecimiento a Hashem. Luego de
viajar tres días sólo para encontrar aguas amargas en Marah, el
pueblo empieza a quejarse. Moshé produce milagrosamente aguas
potables de las amargas, y ahí en Marah reciben ciertas mitzvot. El
pueblo se queja ante Moshé y Aarón que tenían mejor comida en
Egipto. Hashem envía perdices de modo que tengan carne y les provee
de maná. Es un pan milagroso que cae del cielo cada día excepto
sábado. Sin embargo, el viernes una doble porción desciende para
abastecer las necesidades de Shabbat. Nadie puede obtener más que su
porción diaria, pero el maná que se colectó el viernes basta para
dos días de modo que los judíos puedan descansar en Shabbat. Una
porción de maná se separa como recordatorio para futuras
generaciones. Luego de que los judíos se quejan otra vez por la
falta de agua, Moshé milagrosamente produce agua de una roca.
Entonces Amalek ataca a los judíos. Yoshua dirige la batalla
mientras Moshé reza por su bienestar.
Shabat Shirá
El Shabat en el cual Parashat Beshalaj es leído es también llamado
Shabat Shirá, por la canción (shirá) que el Pueblo Judío cantó como
plegaria a Dios después de cruzar el mar.
Esta canción es "cantada" cada día como parte del rezo de la
mañana. A pesar de que muchos otros eventos importantes son
enseñados en la parashá de esta semana, la shirá implantó fe
y alegría en el corazón de cada Judío en todas y cada generación.
Por esta razón, el libro Or Hajaím comenta que la Torá dice: "Entonces cantarán Moshé
y los Hijos de Israel esta canción a Dios", en el tiempo futuro.
Porque no sólo los que presenciaron el milagro percibieron la
grandeza de Dios y cantaron Su plegaria, sino que quedó implantado
en el corazón de cada Judío, como así también la habilidad de
reconocer a su Creador y rezar a El quedó arraigado en sus genes
"espirituales" para todos los tiempos.
"Entraron los Hijos de Israel en el medio del mar, por tierra seca y
las aguas eran para ellos cual muralla...." (14:22)
En este versículo la Torá nos dice, "Entraron los Hijos de Israel
en el medio del mar por tierra seca", pero siete versículos más
adelante el orden es inverso y dice: "ellos caminaron por tierra
seca en el mar."
El Gaón de Vilna , explica que cuando los Judíos llegaron al Yam
Suf (Mar de los Juncos), el mar no parecía en absoluto que iba a
abrirse ante ellos. Los Egipcios estaban alcanzándolos y nada
ocurría!
Cuando Najshón Ben Aminadav, el cuñado de Aarón Hacohen, se
sumergió y caminó dentro del agua hasta que le llegó al cuello,
finalmente las aguas se abrieron. El primer versículo se refiere a
Najshón: por él, el mar se hizo tierra seca, pero para el resto del
pueblo, la tierra seca fue creada por la confianza en Dios, de
Najshón. También, el vocablo hebraico utilizado para la palabra muralla en
el versículo puede leerse también como enojo. En otras
palabras, la muralla de agua estaba "enojada" con los Judíos
por tener tan poco bitajón (confianza, seguridad) en Dios, y
quizo ahogarlos. De esto aprendemos que se espera de cada Judío que
sea como un Najshón. Que cada Judío sea un pionero de fe, que se
sumerje en el mar de duda e indecisión. Porque si éste no fuera el
caso, qué derecho tendría el mar para estar enojado? Cada Judío naturalmente tiene
confianza en Dios. De todas maneras, si elegimos no utilizar esa
cualidad, la naturaleza misma se rebelará contra nosotros.
(Verso 14:31)"E Israel vio la gran mano"
"El sustento del individuo es tan difícil como la división del Mar
Rojo" (Los Sabios).
¿Cómo puede ser que a Hashem algo Le resulte "difícil"? ¿Acaso la
división del Mar Rojo fue más difícil que la Creación de todo el
universo? Y esto, Hashem lo logró con dos letras. Y ¿cómo puede ser
que proveerle sustento a una persona Le sea difícil a Aquél Que
habló, y se creó el mundo?
La persona tiene que esforzarse tanto como pueda para sustentarse a
sí mismo y a todos los que de él dependen. Y si bien todo lo que
recibimos se decreta en Rosh Hashaná, no obstante, Hashem quiere que
hagamos un esfuerzo para ayudarnos a nosotros mismos tanto como sea
posible.
Lo mismo ocurrió con la división del mar: los Hijos de Israel debían
entrar al mar, lo más adentro posible, y recién entonces el mar se
dividiría ante ellos. He aquí una equiparación de ambos conceptos:
la división del mar y el sustento del hombre. Los comienzos siempre
son difíciles. Es difícil empezar a trabajar, pues uno no sabe cómo
resultarán las cosas, y lo persiguen todas las cuentas que tiene que
pagar: todo un mar de responsabilidades que aparentemente tratan de
ahogarlo.
Y a los Hijos de Israel les resultó difícil zambullirse en el Mar
Rojo, perseguidos por un ejército de egipcios que intentaban
ahogarlos.
Lo único que debemos hacer es hacer el intento, y Hashem se
encargará de que no nos ahoguen ni los egipcios ni las cuentas.
(Adaptado de Maasei Lemelej)
"Entonces cantaron Moshé y los Hijos de Israel esta canción a Dios"
(15:1)
En el curso normal de los hechos, fracasamos en percibir la "mano
de Dios operando". Nos preguntamos cómo la mayoría de los
fenómenos diarios que nos rodean, aparentemente sin relación alguna,
pueden ser parte de un plan Divino y coherente? Vemos sufrimiento y
mal, y nos preguntamos cómo pueden ser la obra de un Dios
misericordioso?. Raramente (muy raramente) hay un flash de
perspicacia que ilumina el cuadro completo y vemos como todas las
piezas del rompecabezas encajan unas con otras. Nos damos cuenta
como cada nota y cada instrumento y cada músico armonizan en la "sinfonía" de
la Creación de Dios. Esta comprensión es lo que la Torá llama una
canción; cuando todo el fenómeno, aparentemente sin relación alguna,
se transforma en un coherente, misericordioso y comprensible canto
de unidad.
Adaptado de ArtScroll Stone Jumash
(Verso 15:3)"Hashem es un Amo de la guerra; Hashem es Su Nombre"
Según explica Rashi, Hashem libra la guerra, no con armas, sino con
Su Nombre. Pero ¿cuál es la revelación de Rashi? ¿Acaso alguien
pensó que Hashem tenía una fábrica de armas?
Cuando Moshe mató al egipcio en la parashat Shemot, nuestros Sabios
enseñan que "puso los ojos" sobre él, y el egipcio se transformó en
una pila de huesos (Berajot 55a).
Todos los seres vivos de este mundo viven únicamente gracias a que
adentro tienen una chispa de santidad. Al "poner los ojos" en el
egipcio, Moshe atrajo con su vista la chispa de santidad que
mantenía la existencia del egipcio, y lo único que quedó de éste fue
una mera pila de huesos. Algo parecido tuvo lugar con la división
del mar, pero a una escala muchísimo mayor.
En el mar, hubo una revelación de Divinidad que atrajo todos los
fragmentos de santidad que se encontraban enmarañados en los cuerpos
de los egipcios, llevándolos de regreso a la Fuente de toda la vida.
Así fue como los egipcios se vieron privados de la fuerza vital que
los sustentaba.
Existe un principio místico según el cual la mano izquierda
corresponde a Din, la justicia estricta, mientras que la mano
derecha es Rajamim, compasión.
Nuestros Sabios nos enseñan que la mano izquierda aleja, mientras
que la derecha acerca. Cuando una persona es castigada por un mal
acto que cometió, se dice que la mano izquierda, la justicia
estricta, lo aleja.
Pero con Egipto ocurrió otra cosa. Su caída no llegó a manos de los
mensajeros de la justicia, sino exactamente al revés. Los egipcios
fueron castigados porla mano derecha de D-os, que acercaba todos los
fragmentos de santidad que había dentro de ellos.
Ahora se entiende lo que quiso decir Rashi cuando afirmó que Hashem
no hace la guerra con armas.
El arma de Hashem es Su Gran Nombre: el Nombre de la Compasión, que
representa Su esencia. Cuando éste es revelado, toda la vida es
atraída hacia El como a un imán.
Esta es también la explicación del versículo "Tu diestra, Hashem, es
exaltada en poder; Tu diestra, Hashem, aplasta al enemigo". La Mano
derecha acerca todas las chispas de santidad.
(Shem mi Shmuel)
(Verso 17:11)"Ocurrió que cuando Moshe elevaba la mano, Israel
prevalecía, y cuando la bajaba, prevalecía Amalek"
Existe una fuerza en este mundo que trata de aprisionar la realidad
dentro de los confines del entendimiento del Hombre; una fuerza
según la cual todo lo que está más allá de la razón humana no
existe; una fuerza que busca comprimir toda la existencia dentro del
cráneo hueco del hombre. Esa fuerza se llama Amalek.
El pueblo judío permanece inmutable en oposición a esa idea. El
pueblo judío es testigo eterno de que la existencia no se limita a
la comprensión que el Hombre posee de ella. El pueblo judío coloca
la acción antes que las palabras: nosotros somos el pueblo que dijo
"Naasé ve nishmá", haremos y oiremos.
Nosotros nos comprometemos con Hashem antes de comprender o siquiera
tratar de entender el significado de Su Torá. ¿Qué otra opción
podría ser intelectualmente sincera? Cuando las manos de Moshe se
elevaban sobre su cabeza, triunfaba el pueblo judío. Cuando la
acción, vale decir, las manos, anteceden a la cabeza, o sea, el
intelecto, el pueblo judío sale victorioso de su batalla contra la
fuerza de Amalek. Pero cuando la cabeza está por encima de las
manos, el que domina es Amalek.
(Adaptado de "Worldmask" del Rabí Akiva Tatz)
Verso 13:17 |
|
|
El
más próximo
Por el camino de la Filistea los israelitas podían llegar a Canaán,
caminando normalmente, en once días, pero viendo Dios que no estaban
preparados para constituir un pueblo bien disciplinado, con sus
leyes y estatutos, les guió por un camino opuesto, a fin de
entrenarles espiritualmente antes de ocupar la Tierra Prometida.
Verso 13:19 |
|
Y tomo Moisés consigo los huesos de José, el cual
había juramentado rigurosamente a los hijos de Israel
diciendo: "Ciertamente os visitará Dios y haréis subir mis huesos de aquí con vosotros". |
Los huesos de José
Al salir de Egipto Moisés, en lugar de ocuparse de sus propias
necesidades, se preocupó de llevar consigo los huesos de José.
Cumplir las últimas voluntades del que muere es en el judaísmo uno
de los más piadosos deberes humanos.
Mis huesos de aquí con vosotros
El Midrash (Yalcut 227) cuenta cómo pudo Moisés descubrir el lugar
donde estaban los restos de José. Séraj, hija de Asher (ver Génesis
46, 17), había sobrevivido a la generación de José. Esta contó a
Moisés que los egipcios habían tirado el ataúd de José al lado del
Nilo, para que las aguas fueran benditas. Moisés fue entonces a la
orilla del Nilo y llamó: ¡José! ¡La hora de la liberación llegó ya!
Queremos cumplir el juramento que hiciste a nuestros padres, el de
llevar tus huesos con nosotros. ¡No hagas por tu causa demorar
nuestra redención! De repente, ¡oh milagro!, el ataúd de José
emergió a la superficie. Y así tomó Moisés los huesos de José con él
(verso 19).
Verso 14:14 |
|
El eterno peleará por vosotros y vosotros guardaréis silencio. |
Vosotros guardaréis silencio
Estas palabras quieren decir también: Dios os dará pan, pero
vosotros deberéis primero arar la tierra.
Verso 14:15 |
|
|
Por qué clamas a mí?
El Midrash cuenta que cuando los hebreos se enfrentaban a esta
situación desesperada, el mar Rojo ante ellos y a sus espaldas los
egipcios despiadados, Moisés invocó la protección de Dios, pero el
Todopoderoso le respondió: ¿Cómo? ¿Mis hijos están en situación
angustiosa y tú oras? Existen circunstancias para orar y otras para
obrar. Di a los hijos de Israel que marchen y el milagro se
realizará. Durante dos mil años -podemos decir- Dios no contestó las
infinitas plegarias del pueblo judío en lo que respecta al retorno a
la Tierra Santa, hasta que éste se decidió a poner de lleno manos a
la obra para la conquista del país que le pertenece.
Que marchen!
La Voz Divina dice siempre a Israel: ¡Marchad! Ya sea que se
encuentre ante vosotros el mar Rojo, las persecuciones antiguas o la
intolerancia moderna, marchad, proseguid, avanzad siempre hacia
adelante. No miréis hacia atrás, donde yacen en ruinas los pueblos
que os persiguieron, sino mirad hacia adelante, donde se abren en
toda su grandeza los magníficos horizontes del futuro de la
humanidad. ¡Marchad! Las olas del mar no apagarán el vigor de
vuestra existencia; los ríos de vuestra sangre derramada por los
tiranos no destruirán vuestro nombre y vuestra gloria. ¡Marchad!
Estáis por encima de los elementos, del tiempo y del espacio.Avanzad
siempre y no retrocedáis.
Verso 14:24 |
|
Mas aconteció a la vigilia de la
mañana, que dirigió el Eterno una mirada hacia el ejercito
de los egipcios, por medio de las columnas de fuego y de
nube, y confundió al ejército de los egipcios. |
La vigilia
La noche se divide en tres partes llamadas ashmurot (vigilias), y
ésta es la tercera.
Verso 15:1 |
|
Entonces cantaron Moisés y los
hijos de Israel este cántico al Eterno,
y dijeron así: ¡Cantaré al Eterno, porque se ha ensalzado
grandemente! ¡Al caballo y a su jinete ha arrojado en la
mar! |
Este cántico
Este cántico de Moisés es el documento poético más antiguo de la
literatura hebrea. Está animado por una auténtica emoción que
expresa la alegría de la salvación, la fe y confianza en Dios.
Moisés supo expresar con palabras llenas de entusiasmo, todo lo que
sintió su alma por el maravilloso acontecimiento. En materia de
poesía, los hebreos no usaban la versificación. El historiador
Flavio Josefo escribe a este propósito que el canto de Moisés, así
como su bendición a las doce tribus, escrita al final del Pentateuco
(Deuteronomio 33), fueron compuestos en forma examétrica. En cuanto
al rey David, hizo algunos de sus salmos en trímetros y otros en
pentámetros. El cántico de Moisés encierra una belleza insuperable,
y su traducción a cualquier idioma hace que pierda gran parte de su
majestuosidad y disminuya el magno sentido de sus palabras.
Verso 15:10 |
|
Mas Tú soplaste con tu viento y
los cubrió el mar. ¡Se hundieron como plomo
en las poderosas aguas! |
Se hundieron
Cuando los egipcios perecían en la furia del mar, quisieron los
ángeles entonar sus cánticos para exaltar la grandeza del
Todopoderoso; pero Dios no se lo permitió diciendo: ¿Las obras de
mis manos (seres humanos) se ahogan en el mar y vosotros eleváis
para Mí cánticos? (Talmud Sanhedrin 39:). Estas palabras enseñan que
no está permitido alegrarse con la derrota de los enemigos,
sobretodo cuando sufren o perecen.La persona se alegra generalmente
cuando ve la justicia triunfar, pero Dios nos muestra que no es la
muerte del malvado lo que El desea, sino su retorno al buencamino,
para que viva. "¿Quiero Yo la muerte del malvado? Lo que quiero es
que se aparte de sus caminos y viva" (Ezequiel 18, 23).Samuel el
pequeño decía: "No te regocijes cuando cae tu enemigo, y en
suinfelicidad tu corazón no se alegre, pues Dios podría ver mal esto
y hacer volver hacia ti su cólera (Avot 4, 19)).
Verso 16:3 |
|
y les dijeron los hijos de
Israel: Ojalá hubiéramos muerto a manos del Eterno en la
tierra de Egipto, cuando estábamos sentados junto a la olla de carne, y cuando comíamos pan hasta hartamos;
porque nos habéis sacado a este desierto para matar |
Sentados junto a la olla de carne
Entre los israelitas que salieron de Egipto había un grupo de
gente llamada erev rav (mezcla grande de gente), personas de todas
clases que adoptaron el legado espiritual israelita, y que
provocaban disturbios y actuaban cobardemente en el desierto en los
momentos más difíciles.Esta clase de gente siempre existió a través
de los siglos, aunque raramente en el seno de nuestro pueblo. Son
ellos los que aconsejan el abandono de Dios por el culto del becerro
de oro, el cambio del alimento celeste de Sinay por las ollas llenas
de carne, por las cebollas y pepinos de Egipto (ver Números 11, 5),
hombres descarriados que sólo piensan en su bienestar y en la
satisfacción de sus sentidos. Ellos pueden encontrar en Egipto la
riqueza para el cuerpo a precio de la esclavitud del alma, pero
jamás podrán alcanzar la verdadera grandeza de la emancipación que
comienza en el momento en que adoramos al Eterno en el monte de su
santidad, empleando nuestros bienes para la elevación de su
Santuario, a fin de instaurar el reino de Dios sobre la tierra.
Verso 16:8 |
|
Y dijo Moisés: (Esto sucederá)
cuando a la tarde el Eterno os diere a comer carne, y por la
mañana pan hasta hartaros, porque el Eterno ha oído vuestras
quejas con que os quejáis contra El. Y ¿qué somos nosotros?
Vuestras quejas no son contra nosotros, sino contra el Eterno. |
Contra el Eterno
"Murmurar contra el superior es lo mismo que murmurar contra
Dios", dijoRabí Janá bar Janiná. Rabí Jisdá añade: "Discutir con el
maestro es discutir con Dios; disputar con él es disputar con Dios;
sospechar de él es sospechar de Dios (Yalcut 358).
Verso 16:15 |
|
Y vieron los hijos de Israel y se
dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto?, pues no sabían qué
era. Entonces les dijo Moisés: Este es el pan que el
Eterno os ha dado para comer. |
Este es el Pan
Este pan llamado maná era como un pequeño grano redondo blanco que
caía de los cielos, como lluvia, todos los días, excepto los
sábados. Antes de recogerlo por la mañana parecía como guardado en
una cajita, pues el rocío lo cubría por arriba y por abajo (Talmud,
Yomá 75). Para comer este "pan del cielo" debían molerlo, amasarlo y
cocerlo, a fin de hacer con él tortas. Los israelitas se alimentaron
con el maná durante cuarenta años aproximadamente (ver Otzar -
Israel volúmen 6 página 232).
Verso 16:16 |
|
Esta es la cosa que ha ordenado
el Eterno: Recoged de ello cada uno según lo que pueda
comer, un ómer por cabeza
conforme al número de vuestras personas; lo tomaréis cada
uno para los que están en su tienda. |
Un Omer
Un ómer equivale a 10 efá; una efá a 5 seá; una seá a 24 log; y un
log equivale a 506 cm.
Verso 16:30 |
|
Y holgó el pueblo en el día séptimo. |
El día Septimo
En medio del calor infernal y de toda clase de privaciones, Moisés
dijo al pueblo: He aquí que el Eterno os ha dado el sábado; por
tanto El os da el viernes el pan para dos días. Estése cada uno en
su estancia; no salga nadie de su lugar el séptimo día; y descansó
el pueblo el séptimo día (versos 29 - 30). A pesar del sufrimiento
ocasionado por el hambre y la sed en el desierto, Dios no quería que
el hombre se preocupara en sábado por sus necesidades materiales. En
cuanto a nosotros, en medio de las condiciones de vida más fáciles
en que vivimos, nos permitimos profanar la santidad del día sagrado
para correr tras este maná terrenal que algunos poseen en
abundancia, mientras que otros pueden, con un poco de esfuerzo,
abastecerse en el sexto día de una ración doble.
Verso 17:8 |
|
Y vino Amalec y peleó
contra Israel en Refidim. |
Vino Amalec
Amalec, el eterno enemigo, vino a luchar contra Israel, y Moisés
dijo a Josué: "Escoge hombres para nosotros y sal, lucha contra
Amalec". Estas palabras, observa el Midrash (Yalcut 264), enseñan
cómo deben actuar los comandantes, presidentes y jefes, que en sus
órdenes dicen: ¡Yo mando, yo exijo, yo quiero! Profundo conocedor de
la naturaleza humana, Moisés conocía el don de salvar las
susceptibilidades del amor propio. Hombre modesto en extremo, se
confundía con los otros para no mostrar superioridad. Por esto dice
"escoge para nosotros" y no "escoge"
Comentarios a la Haftará
Jueces 4:4 - 5:31 (Sefardim 5:1 al 5:31)
Así como el tema de la Parashá de esta semana es la Canción del Mar,
el tema de la Haftará es la Canción de la profetisa Devora. Tanto la
Parashá como la Haftará describen la santidad de la Mujer Judía: en
Egipto, Yojeved y Miriam fueron cruciales en el rescate de Moshé,
quien fue el agente de la redención. Tras el cruce del mar, las
mujeres judías, bajo el liderazgo de Miriam, quisieron enunciar tu
absoluta confianza en Hashem, con su propia canción de alabanza. El
pueblo judío había olvidado por completo cuál era su misión, y
habían "tomado a las hijas de la población cananea entre los que
vivían, por mujeres, y habían dado sus propias hijas a sus hijos (de
los cananeos), y servían a sus dioses".
Hashem decreta que deben sufrir a causa de esto. Y parte del
sufrimiento adopta la forma del cruel general llamado Sisera,
literalmente, el "pacificador" o el "silenciador".
No obstante, en este punto extremo, Israel dirige su corazón a
Hashem.
En la gloriosa Canción de Devora, vemos este cambio en el corazón
del pueblo, causado por el poder purificador del sufrimiento.
Y todo se debió al mérito inolvidable de una mujer gloriosa,
sostenida por el Espíritu de Hashem, ardiente de entusiasmo por Su
Palabra, quien hizo avergonzar a los hombres, y quien con sus
"palabras llameantes" los llenó de coraje y valentía.
No fue la espada de Barak, sino el espíritu de Devora, las palabras
de Devora, los que obtuvieron la victoria.
(Adaptado de rabí Mendel Hirsch y el Jumash Artscroll Stone)
"Devora era una profetisa, una mujer ardiente" (4:4)
Con frecuencia vemos que las mujeres no pueden actuar como jueces
bíblicos. Y la razón es que el juez bíblico debe poseer una cierta
dureza, y las "mujeres son de naturaleza compasiva". Sin embargo,
Devora fue una excepción. Ella era como una "antorcha", capaz de
sobreponerse a su natural suavidad femenina, y de arder como un
fuego, juzgando a los malvados.
(Ahavat Yonatan, en Maianá shel Torá)
Canciones que cantamos en la mesa de Shabat .
Eshet Jail
"Una Mujer de Valor..."
Capa parsá le aní, veiadea shilja le evión.
"Ella les abre su palma a los pobres, y extiende sus manos a los
indigentes "
La palabra singular "palma" va seguida de la palabra plural "manos",
en este tributo a la naturaleza caritativa de la Mujer de Valor.
Cuando la mujer siente un fuerte deseo de darles caridad a los
pobres, aunque sus propios medios sean tan limitados que no pueda
ofrecer más que una palma de ayuda, la recompensa que obtiene es la
capacidad de dar generosamente con las dos manos llenas. El cambio
de "pobre" a "indigente" también significa la sensibilidad de la
persona caritativa, quien reconoce las distintas necesidades de los
que dependen de otros. La Eshet Jail abre su palma al pobre, para
que tome lo que necesita, pero con el indigente, al que no tiene
nada, ella toma la iniciativa, extendiendo sus manos.
PROMESAS DE HASHEM
5:3
Shim'u melajim ha'azinu roznim anojí la-Adonay anojí ashirah azamer
la-Adonay Elohey Yisra'el.
¡Oíd, reyes; prestad atención, oh príncipes! Yo pertenezco al
Eterno, yo le cantaré; elevaré salmos al Eterno, Dios de Israel.
Escrito y Recopilado por: Rabino Yaakov
Asher Sinclair de
la Organización Ohr Somayach de Israel y Monsey
Editado por Eliyahu BaYona, Director de Shalom Haverim, Monsey, New York.
SEA PARTE DE ESTE PROYECTO JUDEO-HISPANO