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Aliyot Vaikrá Behar
Lectura Mediante Robot
y
Por Eliyahu BaYonah Ben Yossef,
Director Shalom Haverim Org. New
York
Aliyot es el plural hebreo de
Aliá o Aliyá que significa
"subir". Cada vez que una
persona - Olé- sube a la Bimá
debe recitar la Brajá
-Bendición- antes de comenzar el
Baal Koréh -בעל קורא - la Lectura y al cerrar la misma. Esto se
hace cada vez que el Baal Koréh
lee la Porción -Parashá-
correspondiente.
El Maftir es la última persona
que se llama a la Bimá y es
invitada a leer la porción de la
Haftará -Lectura de los
Profetas-
Esta es la Brajá
de la Lectura de la Toráh:
Barejú et Adonai hamevoraj. |
Baruj Adonay hamevoraj le'olam va'ed. |
Baruj atáh Adonay Eloheynu melej ha'olam, asher bajar banu
mikol-ha'amim, venatán
lanu et-torató. |
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JAZAK, JAZAK, VENITJAZEK |
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LECTURA DE LA HAFTARÁ -
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Baruj atáh Adonay jabóker batoráh uveMoshé avdó uveYisra'el amó
uvinvi'ey ja'emet
vatsédek. |
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Ne'eman,
atah ju Adonay Eloheynu,
vene'emanim devareyja,
vedavar ejad midvareyja
ajor lo-yashuv reykam,
ki El melej ne'eman
verajaman atah. |
Baruj atáh
Adonay, ha'El jane'eman
bekol-devarav. -Amen |
Rajem al-Tsiyon, ki ji beyt jayeynu, vel'aluvat nefesh toshia
bimjeraj veyameynu. |
Baruj atáh Adonay, mesame'aj Tsiyon bevaneyj. |
Samejenu, Adonay Eloheynu, be'Eliyahu janavi avdeja, uvmaljut
beyt David meshijeja.
Bimjeraj yavo veyagel
libenu, |
al kis'o lo yeshev zar, velo yinjalu od ajerim et kevodo, ki
veshem kodsheja nishbata
lo, shelo yicbej nero
le'olam va'ed. |
Baruj atáh Adonay, magén David. |
EN ESPAÑOL
¡Bendecid al
Eterno, el Bendito! |
Bendito es
el Eterno, el Bendito
para siempre. |
Bendito seas
Tu, oh Eterno nuestro
Dios, Rey del universo
que nos elegiste entre
todos los pueblos y nos
diste Tu Toráh, Bendito
seas, oh Eterno, que nos
concediste la Toráh. |
Bendito
seas, oh Eterno, que nos
concediste la Toráh. AMEN |
|
Habla a los
hijos de Israel y diles:
Cuando entréis en la
tierra que voy a daros,
guardará la tierra
descanso, descanso en
nombre del Eterno. |
Seis años
sembrarás tu campo, y
seis años podarás tu
viña y recogerás su
producto; |
y en el año
séptimo, sábado de descanso será para la tierra; sábado en nombre del Eterno; tu campo no
sembrarás, y tu viña no
podarás. |
Lo crecido
por sí mismo después de
la siega no segarás, y
las uvas separadas para
ti de tu viña no
vendimiarás; año de
descanso será para la
tierra |
Y será el
fruto que crece por sí
mismo del descanse de la
tierra, libre para comer
para vosotros: para ti,
para tu siervo, para tu
sierva, para tu
jornalero y para el
huésped: todos los que
habiten contigo; |
y también
para tus bestias y para
los animales salvajes
que hubiere en tu
tierra, será todo su
producto para comer. |
Y contarás
para ti siete semanas de
años, siete veces siete
años; de modo que el
espacio de las siete
semanas de años ha de
ser cuarenta y nueve
años. |
Y harás
resonar la voz del
shofar a los diez días
del séptimo mes: en el
día de las expiaciones
haréis sonar el shofar
en toda vuestra tierra. |
Y
santificaréis el año
quincuagésimo, y
proclamaréis libertad
(para los siervos) en
toda la tierra, para
todos sus moradores; año
de jubileo será para
vosotros, y cada uno de
vosotros tornará a sus posesiones, y cada uno a su parentela volverá. |
Jubileo es
él; solamente el año
quincuagésimo será
jubileo para vosotros;
no sembraréis ni
segaréis lo que de suyo
naciere (en la tierra),
ni vendimiaréis las uvas
de la viña separadas
para vosotros, |
porque es el
jubileo. Santo os será;
comeréis el producto que
sale por sí mismo del
campo. |
En este año
de jubileo volverá cada
cual a su posesión. |
Y cuando
hiciereis una venta a
vuestro prójimo, o
comprareis de mano de
vuestro prójimo, no
engañéis cada cual a su
compañero. |
|
Siendo
muchos los años,
aumentarás el precio de
tu compra, y siendo
pocos los años,
disminuirás el precio de
tu compra; porque según
el numero de las
cosechas de los años, te
venderá. |
Y no
engañaréis cada uno a su
prójimo, y temerás a tu
Dios; porque Yo soy el
Eterno, vuestro Dios. |
Y cumpliréis
mis estatutos y
guardaréis mis juicios
para cumplirlos; así
habitaréis seguros en la
tierra. |
|
Y si
dijereis: ¿Qué comeremos
en el séptimo año, en
vista de que no hemos de
sembrar, ni hemos de
recoger (para casa) lo
que la tierra produzca
para nosotros? |
Yo enviaré
mi bendición para
vosotros en el sexto
año, de modo que la
tierra produzca fruto
suficiente para los tres
años; |
y sembraréis
en el octavo año, y
seguiréis comiendo los
frutos añejos hasta el
noveno año, es decir,
hasta que salga el
producto del octavo
seguiréis comiendo de lo
añejo. |
y la tierra
no podrá venderse en
perpetuidad, porque mía
es la tierra; pues
peregnnos y moradores de
la tierra sois vosotros
para conmigo. |
Y en toda la
tierra de.vuestra
posesión, derecho de
rescate concederéis a la
tierra. |
|
Y si el
hombre no tuviere
rescatador, pero por su
propia mano alcanzase
medios, y hallase lo
suficiente con que
rescatarla, |
contará
entonces los años desde
que hizo la venta hasta
el jubileo, descontando
los años que la tuvo el
comprador, y restituirá
al hombre a quien
vendió, el precio de los
años que queden hasta el
jubileo; así volverá él
a su posesión. |
Pero si no
alcanzase por su propia
mano los medios
suficientes para
restituirle, saldrá del
poder de éste en el año
del jubileo, y aquél
volverá a su posesión. |
|
Y si no
fuese redimida dentro
del espacio de un año
entero, la casa que
estuviere en ciudad
murada quedará
establecida para siempre
como propiedad del que
la compró, por todas sus
generaciones; no saldrá
de su poder en el
jubileo. |
Pero las
casas de las aldeas que
no tienen muros a su
alrededor, serán
consideradas como los
campos de la tierra:
redención habrá para
ellas, y en el jubileo
saldrán del poder del
comprador. |
Y en cuanto
a las ciudades de los
levitas, las casas de
las ciudades de su
posesión tendrán derecho
perpetuo de rescate. |
Y el que
comprare (aunque fuere
levita) de los levitas,
la casa o la ciudad
vendida saldrá del poder
del comprador en el
jubileo; porque las
casas de las ciudades de
los levitas son su
posesión entre los hijos
de Israel. |
Y los campos
vecinales de las
ciudades de ellos no
podrán ser vendidos,
porque son posesión
perpetua para ellos. |
Y cuando
empobreciere tu hermano
y apoyare su mano en ti,
tú detendrás su caída aunque fuere peregrino o extranjero morador de la tierra, para que
pueda vivir junto a
ti. |
No tomarás
de él lucro ni usura y
temerás a tu Dios, para
que pueda vivir tu
hermano junto a ti. |
Tu dinero no
le darás con lucro, y
con usura no le darás tu
alimento; |
Yo soy el
Eterno, vuestro Dios,
que os saqué de la
tierra de Egipto para
daros la tierra de
Canaán, a fin de ser
vuestro Dios |
|
estará
contigo como jornalero y
extranjero morador de la
tierra; hasta el año del
jubileo te servirá. |
Entonces
saldrá de tu poder, él y
sus hijos con él, y
volverá a su parentela y
volverá a la posesión de
sus padres. |
Porque ellos
son mis siervos, los
cuales Yo saqué de la
tierra de Egipto; no
podrán ser vendidos como
esclavos. |
No dominarás sobre él con rigor, y temerás a tu Dios. |
Y en cuanto
al siervo y a la sierva
que hayas de tener (en
perpetuidad), serán de
las naciones que están
en torno vuestro; de
ellos podréis adquirir
siervos y siervas. |
Y también de
los hijos de los
extranjeros que moran
junto a vosotros, de
éstos podréis
comprarlos, y de sus
familias que estén entre
vosotros, y de los que
nacieron de ellos en
vuestra tierra. Ellos servirán para vosotros de
posesión, |
y a ellos
podréis dejar por
herencia para vuestros
hijos después de
vosotros, como posesión
hereditaria;
perpetuamente os haréis
servir de ellos. Pero
entre vuestros hermanos,
los hijos de Israel, no
os dominaréis el uno al
otro con rigor. |
|
después de
vendido le quedará el
derecho de redención;
uno de sus hermanos
deberá redimirlo: |
o su tío o
el hijo de su tío debe
redimirle, o algún
pariente cercano suyo de
su familia le redimirá;
o si por su propia mano
hubiere adquirido medios
redímase a sí mismo. |
Y hará el
cálculo con aquél que le
compro, desde que se
vendió a el hasta el año
del jubileo; y será el
precio de su cuenta
conforme al número de
estos años; como los
días de un jornalero se
calculará para él. |
Si aún le
quedasen muchos años, en
proporción de ellos
devolverá su rescate,
conforme al precio por
el cual fue comprado. |
Y si poco le
quedase de los años
hasta el año del
jubileo, así se le hará
el cálculo: en
proporción a los años
que le quedaren hasta el
jubileo, restituirá el
precio de su rescate. |
Como quien
está alquilado de año en
año, así estará con él;
no le dominará con rigor
delante de tus ojos. |
Y si por
estos medios no fuere
redimido, entonces
saldrá libre en el año
del jubileo, el y sus
hijos con él. |
|
No hagáis
para vosotros ídolos ni
esculturas, ni
monumentos de idolatría
erráis para vosotros, ni
piso idolátrico de
piedras pondréis en
vuestra tierra para
postraros sobre él;
porque Yo soy el Eterno,
vuestro Dios. |
Mis sábados
guardaréis, y mi
santuario
reverenciaréis; Yo soy
el Eterno. |
|
Bendito seas
Tu oh Eterno nuestro
Dios, Rey del Universo
que nos diste (Tu
Torah), la Toráh de la
Verdad, e implantaste en
nosotros la Vida Eterna. |
Bendito
seas, oh Eterno, que nos
concediste la Toráh. (TODOS DICEN AMEN) |
LECTURA DE LA HAFTARÁ
Bendito seas
Tú, Eterno Dios nuestro
y Rey del Universo, que
escogiste buenos
profetas y te
complaciste en sus
palabras, que fueron
enunciadas con verdad. |
Bendito seas
Tú, Eterno, que
escogiste la Torah, a
Moisés Tu siervo, a Tu
pueblo Israel y a
profetas de la verdad y
y de la rectitud. |
|
Y dijo
Jeremías: La palabra del
Eterno vino a mi,
diciendo: |
He aquí que
Janamel, hijo de tu tío
Shal-lum, vendrá a ti
diciendo: "Compra para
ti mi campo que esta en
Anatot, porque a ti
corresponde el derecho
de rescate para que lo
compres". |
Y vino a mi
Janamel, hijo de mi tío,
conforme a la palabra
del Eterno, al patio de
la cárcel, y me dijo: Te
ruego compres mi campo
que esta en Anatot, que
esta en la tierra de
Benjamin, porque tuyo es
el derecho de posesión y
a ti pertenece el
rescate; cómpralo para
ti. Entonces entendí que esta era cosa
del Eterno. |
Y compre de
Janamel, hijo de mi tío,
el campo que estaba en
Anatot, y le pese la
plata, diecisiete siclos
de plata (siete manim y
diez selaim). |
E hice que
se escribiera el acta, y
la hice sellar, y la
hice certificar con
testigos, y pese la
plata en una balanza. |
Luego tome
el acta de compra
sellada y' hecha
conforme a la ley y los
estatutos, así como la
carta abierta (de que el
campo estaba libre y
desembarazado), |
y di el acta
de la compra a Baruj,
hijo de Neriya, hijo de
Majseya, en presencia de
Janamel (hijo de) mi
tío, y en presencia de
los testigos que habían
suscrito el contrato de
compra; en presencia de
todos los judíos que se
encontraban en el patio
de la cárcel. |
Y encargue a
Baruj en presencia de
ellos, diciendo: |
Así dice el
Eterno de las huestes,
Dios de Israel: Toma
estas actas, este acta
de compra, tanto la
sellada como la carta
abierta, y las pondrás
en una vasija de barro
para que se conserven
por muchos días. |
Porque así
dice el Eterno de los
ejércitos, Dios de
Israel: Todavía se han
de comprar casas y
campos y viñas en esta
tierra. |
Entonces oré
al Eterno, después de
entregar el acta de
compra a Baruj, hijo de
Neriya, diciendo : |
¡Oh Eterno
Dios! He aquí que Tu
hiciste los cielos y la
tierra con tu gran poder
y con tu brazo extendido
; no hay nada que este
oculto para Ti; |
Tu que usas
de misericordia para con
millares de generaciones
(de los que te aman), y
tornas la iniquidad de
los padres al seno de
sus hijos después de
ellos (cuando siguen el
mal camino de sus
padres); el Dios grande,
poderoso, cuyo nombre es
el Eterno de las
huestes, |
grande en
consejo y poderoso en
obras, cuyos ojos están
abiertos sobre todos los
caminos de los hijos del
hombre, para dar a cada
cual según su proceder,
según el fruto de sus
obras; |
Tu que
obraste señales y
maravillas en la tierra
de Egipto, recordadas
hasta el día de hoy
tanto en Israel como
entre los otros hombres,
y fe has hecho un nombre
loado como el que tienes
en este día; |
que sacaste
a tu pueblo Israel de la
tierra de Egipto con
señales y maravillas, y
con mano fuerte y con
brazo extendido y con
gran espanto, |
y les has
dado esta tierra que
juraste a sus padres que
se la darías, tierra que
mana leche y miel; |
y ellos,
cuando entraron y la
poseyeron, no han
escuchado tu voz ni han
andado en tu Ley; nada
han hecho de cuanto les
ordenaste que hiciesen,
por lo cual hiciste que
les sucediese todo este
mal. |
He aquí que
los enemigos que se
encuentran en las
trincheras altas, ya
alcanzan la ciudad para
tomarla, y la ciudad
esta ya entregada en
mano de los caldeos que
pelean contra ella, a
causa de la espada y del
hambre y de la peste; y
lo que has hablado
aconteció, y he aquí que
Tu lo ves; |
con todo,
Tu, Eterno Dios, me has
dicho: Cómprate el campo
por plata y hazlo con
testigos, aunque la
ciudad ya esta entregada
en mano de los caldeos. |
Entonces
vino la palabra del
Eterno a Jeremías,
diciendo: |
He aquí que
Yo, el Eterno, soy el
Dios de toda criatura.
¿Habrá acaso cosa alguna
oculta para Mi? |
|
Bendito seas
Tú, Eterno, Dios nuestro
y Rey del Universo,
fuerte de todos los
mundos, justo en todas
las generaciones; Dios
fiel, que dice y obra,
que promete y cumple,
cuyas palabras son
verdad y justicia. |
Fiel eres
Tú, Eterno, Dios
nuestro, y tus promesas
son merecedoras de fe;
ninguna de Tus palabras
dejará de cumplirse,
porque Tú eres Dios y
Rey fiel (y piadoso). |
Bendito seas
Tú, Eterno, Dios fiel en
todas tus palabras.
-Amen |
Ten piedad
de Sión, pues es el
hogar de nuestra vida, y
salva a esa ciudad
afligida de espíritu,
pronto y en nuestros
días. |
Bendito seas
Tú, Eterno, que alegras
a Sión en sus hijos. |
Alégranos,
oh Eterno, Dios nuestro,
con la llegada de Elías,
tu profeta y servidor, y
con el reinado de David
tu ungido. Llegue pronto su advenimiento y haga
regocijar nuestros
corazones. |
No permitas
que extraños se sienten
en su trono, ni que
otros hereden de su
gloria, pues por tu
santo nombre le juraste
que su luz jamás se
extinguirá. |
Bendito seas
Tú, Eterno, Escudo de
David. |
NOTAS EXPLICATORIAS:
Resúmem de la Parashá
La Torá ordena el cese de la
agricultura en la Tierra de
Israel cada siete años. Este
"Shabat" de la tierra se
denomina Shemitá. (El año 5754
fue un año de Shemitá en
Israel). Después del séptimo año
de Shemitá, en el año número
cincuenta, se anuncia que es año
de Jubileo (Yovel), con el
sonido del shofar en Yom Kipur.
Y este año también es un año en
el que la tierra permanece
inactiva. Hashem promete darles
a los judíos una cosecha
abundante antes de los años de
Shemitá y Yovel, para proveerle
sustento al pueblo judío. En el
año de Yovel, toda la tierra
retorna a la división original
que poseía en tiempos de
Yehoshua, y se liberan todos los
sirvientes judíos contratados,
aunque no hayan completado seis
años de servicio. Al sirviente
judío contratado no se le puede
encargar ninguna labor
degradante, innecesaria o
extremadamente difícil, y no se
lo puede vender en el mercado.
El precio de su labor debe
calcularse de acuerdo con la
cantidad de tiempo que reste
hasta que quede libre
automáticamente. El precio de la
tierra se calcula de un modo
parecido. En caso de que alguien
venda su tierra ancestral, tiene
derecho a redimirla después de
dos años. Si se vende una casa
en una ciudad amurallada, el
derecho de rendención se
extiende únicamente al primer
año luego de la venta. Las
ciudades de los levitas les
pertenecen en forma permanente.
Se le prohíbe al pueblo judío
aprovecharse los unos de los
otros prestando o pidiendo
prestado dinero a interés. Los
miembros de la familia deben
redimir a cualquier familiar que
haya sido vendido como sirviente
contratado, a causa de haber
empobrecido.
La Torá promete prosperidad para
los israelitas siempre y cuando
éstos cumplan con los preceptos
de Hashem. Pero si no se
comportan a la altura de su
rango de Pueblo Elegido,
sufrirán castigos terribles. La
Torá detalla el duro proceso
histórico que recaerá sobre
ellos en caso de que se les
quite la protección divina.
Estos castigos, cuyo propósito
es hacer que Israel se
arrepienta, se producirán en
siete etapas, cada una más
difícil que la anterior. El
Sefer Vaikra, Levítico, concluye
con una descripción detallada de
Erajin, el proceso a través del
cual el individuo puede hacer un
voto para darle al Beit ha
Mikdash el valor monetario
equivalente a una persona, un
animal o una propiedad.
Bejukotai
La Torá promete prosperidad para
los israelitas siempre y cuando
éstos cumplan con los preceptos
de Hashem. Pero si no se
comportan a la altura de su
rango de Pueblo Elegido,
sufrirán castigos terribles. La
Torá detalla el duro proceso
histórico que recaerá sobre
ellos en caso de que se les
quite la protección divina.
Estos castigos, cuyo propósito
es hacer que Israel se
arrepienta, se producirán en
siete etapas, cada una más
difícil que la anterior. El
Sefer Vaikra, Levítico, concluye
con una descripción detallada de
Erajin, el proceso a través del
cual el individuo puede hacer un
voto para darle al Beit ha
Mikdash el valor monetario
equivalente a una persona, un
animal o una propiedad.
"... en el Monte Sinaí..."
(25:1)
La mitzvá de la shemitá le
ordena al Pueblo judío que deje
de trabajar sus campos cada
séptimo año, con la promesa de
que, milagrosamente, Hashem les
proporcionará todas sus
necesidades.
Sin embargo, el milagro de la
shemitá variaba de acuerdo con
su nivel de bitajón (confianza
en Hashem).
Cuando el pueblo judío tenía un
nivel alto de bitajón, la
cantidad de alimentos que se
cosechaban en el sexto año no
variaba de un año a otro; no
obstante, alcanzaba para proveer
nutrición durante tres años, en
vez de uno.
Pero cuando el nivel de
confianza en Hashem era bajo,
los campos daban, en términos
reales, tres veces la cantidad
que se cosechaba en un año
común.
En el primer caso, se producía
un milagro oculto; en el
segundo, un milagro descubierto.
¿Por qué el nivel más bajo
invocaba un milagro
aparentemente más grande, más
abierto?.
El milagro descubierto siempre
es el "segundo mejor" en el plan
de Hashem. El Hombre es la
criatura que está designada en
forma específica para tener
libertad de elección. Los
milagros abiertos son tan
compulsivos que limitan la
libertad de elección del Hombre.
No obstante, Hashem responde
hasta al nivel más bajo de
confianza en El y proporciona la
pirotecnia de un milagro
abierto, si eso es lo que hace
falta para hacer que el pueblo
se sienta seguro.
Una vez, Rabí Jaim de Volozhin
le preguntó al Gaón de Vilna qué
es lo que quiere decir el Talmud
cuando dice que uno de los
atributos de Hashem es "estar
satisfecho con Su parte". El
Gaón de Vilna le respondió que
la parte de Hashem es el pueblo
judío. El querría que
estuviésemos en un nivel más
elevado, pero no obstante está
satisfecho con nosotros,
cualquiera sea el nivel en que
nos encontremos.
"Y Hashem le habló a Moshe en el
Monte Sinaí, diciendo..." (25:1)
Hashem le dijo a Moshe todas las
mitzvot en el Monte Sinaí.
Entonces ¿por qué la Torá
registra en forma específica que
la mitzvá de shemitá le fue
transmitida a Moshe "en el Monte
Sinaí"? ¿Acaso todas las otras
mitzvot no le fueron también
transmitidas a Moshe en el Monte
Sinaí?
Uno de los efectos de la mitzvá
de shemitá es implantar en el
corazón de pueblo judío la idea
de que Hashem, a pesar de toda
Su Trascendencia, igualmente
supervisa hasta el más mínimo
detalle de este mundo.
La shemitá nos enseña que Hashem
nos proporciona todo lo que
necesitamos a pesar de al
parecer no somos más que un
punto minúsculo en el espacio
intergaláctico. En Sus ojos,
todos esos billones de años luz
no son más que un parpadear de
ojos.
No está "por debajo de Su
dignidad", por decirlo de alguna
manera, el interesarse por este
plano físico nuestro. Pues "en
el lugar de la grandeza de
Hashem, allí está Su humildad".
Hashem eligió, como el sitial
para Su revelación, no al Monte
Everest, la montaña más alta del
mundo, sino al humilde, bajo
Sinaí. Fue en el Sinaí que El
quiso revelarnos Su Torá. Pues a
pesar de toda la inefable
Majestad y Trascendencia de
Hashem, la humildad de espíritu
Le son muy preciadas.
Y precisamente ahí está la
conexión entre la shemitá y el
Sinaí: así como la shemitá pone
de manifiesto que Hashem se
ocupa hasta de este mundo tan
bajo, así también El nos reveló
la Presencia Divina en el Sinaí,
la más baja de las montañas.
"Pero a pesar de todo esto, cuando estén en
tierra de sus enemigos, no los
desecharé por completo ni los
rechazaré para eliminarlos, para
anular Mi pacto con ellos, pues
Yo soy Hashem, Su Dios" (26:44)
"El que cree que Berlín es
Jerusalén... llegará un viento
tormentoso y violento que lo
arrancará de su fuente". Estas
palabras, escritas por Rabí Meir
Simja, el Or Sameaj, son una
predicción no común de la
tormenta que habría de desatarse
sobre Europa varios años más
tarde. A partir del momento del
pacto irreversible de Hashem y
Abraham Avinu, la supervivencia
del pueblo judío se transformó
en algo imperativo, tan natural
como la salida del sol por el
horizonte o la mareas altas y
bajas. El único propósito del
antisemitismo es evitar que el
pueblo judío desaparezca en el
"crisol de razas" del mundo
secular, "anulando" así el pacto
irreversible con Abraham Avinu.
La asimilación es como una
reacción nuclear en cadena:
cuando se alcanza una masa
crítica determinada, se produce
la bomba atómica del
antisemitismo. Y no ha habido
ninguna nación que haya
simbolizado la cúspide de la
cultura y del refinamiento más
que la Alemania de antes de la
guerra; la misma Alemania que,
en pocos años, habría de
transformarse en una bestia
salvaje. Cuando el pueblo judío
olvida su misión de ser una
nación santa, que debe
mantenerse separada de las demás
naciones, el mundo gentil les
recuerda su misión en la tierra,
y el grado de ferocidad del
"recordatorio" depende de la
determinación que tenga el judío
de asimilarse y desaparecer.
"Y Yo les dare lluvia a su tiempo..."
(26:4)
Una vez habia un sastre. Era
ampliamente conocido como un
artista que podia tomar un
simple hilo y transformarlo en
una vestimenta apta para un rey.
Un dia un comerciante adinerado
vino a el con un trabajo
especial. Mientras viajaba por
el oriente pago una
impresionante suma por un corte
de seda del Catay, la mas fina
en el mundo. Los ojos del sastre
se encendieron pues nunca habia
visto una tela tan hermosa. Tomo
las medidas del comerciante y un
precio fue fijado por el
trabajo.
Al dia siguiente el sastre
empezo su trabajo con
entusiasmo. Trabajo con cuidado
especial, tratando de no
desperdiciar el mas minimo hilo.
Una semana entera de trabajo
extenuante le siguio. Eran cerca
de las dos de la manana cuando
el sastre cosio el ultimo boton
sobre el vestido. Corto el hilo
con sus dientes y se echo atras
para admirar su obra. He aqui un
vestido como el que jamas se
habia visto.
Con un bostezo se dirigia a
dormir, a tirar su cansado
cuerpo sobre la cama. El
comerciante vendria a primera
hora de la manana a recoger su
traje. El sastre salio del
cuarto y cerro la puerta, pero
no resistio la tentacion de
entrar nuevamente y admirarlo
una ultima vez. Y ahi estaba, en
toda su gloria, banado en rayos
de luna.
Cerro la puerta suavemente.
Silencio. Entonces se escucho un
ligero chirrido. Dos pequenos
ojos negros brillan desde dentro
de una grieta en la pared. Una
larga nariz peluda huzmeaba de
lado a lado, y depronto un
pequeno raton se abre paso hasta
el centro del cuarto. Detras de
el aparece otro raton, y otro
raton y otro. Una enorme banda
de ratones se apodero del cuarto
con un solo proposito: el
vestido.
Todo acabo en menos de diez
minutos. Lo unico que quedo
fueron retazos de tela con
mordizcos que contaban lo
sucedido.
Cuando el sastre bajo a la
manana siguiente y vio lo que
paso se afligio mas alla de lo
que se puede describir. Se paro
en medio de su taller con
lagrimas llenandole los ojos, y
suspiro profundamente con
resignacion.
Al levantar la mirada vio al
comerciante frente a el,
radiante por la expectativa y
sin tener la mas minima idea de
lo que le paso a su invaluable
vestido de seda del Catay.
Con un tono de voz medido el
sastre le conto al comerciante
de cuanto trabajo en la
confeccion de su vestido; de
como era una confeccion
incomparable en todos sus anos
de sastre; de las largas horas
de trabajo amoroso que le
dedico; y finalmente de lo que
paso la noche anterior una vez
que dejo el taller.
"Pero" continuo el sastre "yo
quisiera que usted me page lo
que originalmente habiamos
acordado, porque, aunque usted
no tiene su traje, yo puse alma
y corazon en confeccionarlo." La
cara del comerciante se puso
verde. "Suficiente le deberia
ser que no lo demande por mi
seda del Catay!" Y con esto
salio furiozamente de la casa.
No hay trabajo en el mundo que
pague por el esfuerzo nada mas.
Aun cuando uno pone cuerpo y
alma en el trabajo. Si no
produces nada eso es lo que te
pagan: nada.
Con una excepcion. El estudio de
Tora. Si uno pone verdaderamente
todo su esfuerzo y empeno en el
estudio de Tora, recibe
recompensa, aun cuando acaba sin
entender nada. Aun cuando solo
acaba teniendo en sus manos
retazos de tela mientras otros
han hecho trajes enteros.
Jafetz Jaim
Yirmiyahu 32:6-27
La historia del pueblo de Israel
no finaliza con la conquista y
el exilio. Estas son meras
digresiones. Por más alejados
que parezcamos del escenario
central de la historia, Hashem
nos ha prometido que
sobreviviremos y triunfaremos.
Este tema aparece ilustrado en
la Haftará de esta semana: la
parashá habla de la venta y la
redención de la tierra. Del
mismo modo, en la Haftará,
Hashem le ordena al profeta
Yirmiyahu, inclusive cuando éste
se encuentra en la cárcel, que
redima una propiedad familiar.
Yirmiyahu sabía que todo Eretz
Israel estaba a punto de caer
presa de los babilonios. ¿Qué
necesidad había de redimir una
propiedad que estaba a punto de
ser capturada?
Hashem le dijo a Yirmiyahu que
por más grande que fuera la
tragedia, por más largo que
fuera el exilio, Hashem
finalmente redimiría a Su
pueblo. La redención de esta
propiedad no era algo meramente
simbólico, pues con el tiempo el
pueblo judío retornaría a su
tierra para habitar en ella en
paz. Inclusive cuando nos
enfrentamos a la catástrofe,
debemos conducirnos sin olvidar
que Hashem está dirigiendo el
mundo y llevando a cabo todos
los preparativos
correspondientes.
"Grande en consejo y poderoso en
acto, Cuyos ojos son conocedores
de todo el camino de la
humanidad, para darle a cada
hombre de acuerdo con su camino
y el fruto de sus actos".
(32:19)
Cuando una persona es juzgada y
se dictamina que merece la pena
de muerte en el tribunal
Celestial, Hashem pone en la
balanza la tremenda pena que
habrán de sufrir sus inocentes
padres, mujer e hijos, en caso
de que la sentencia llegue a
ejecutarse.
Por eso, Hashem no castiga a
nadie hasta que también haga el
cálculo de si esto habrá de
causar un castigo no merecido a
uno de sus familiares. Eso es lo
que significa el versículo:
"Grande en consejo y poderoso en
acto". Unicamente Hashem es
capaz de calcular el grado
preciso de la deuda de cada
persona, para que solamente
tenga que responder "de acuerdo
con su camino y el fruto de sus
actos".
Fuentes: Rabí
Zev Leff, Outlooks and Insights
Kometz ha Minjá en Maianá shel Torá
Shem Mi Shmuel
Rabí Mahar''a Itzjaki
NOTAS EXPLICATORIAS:
|
y en el año
séptimo, sábado de descanso será para la tierra; sábado en nombre del Eterno; tu campo no
sembrarás, y tu viña no
podarás. |
Shabat de descanso
Todo séptimo año, calculando
desde el año de la creación del
mundo, (por ejemplo el año 5733)
es un año sabático, llamado en
hebreo Shemitá, durante el cual
la tierra debía estar en reposo.
Los productos que crecían
espontáneamente en el campo,
eran socializados y pertenecían
a todo el mundo: al siervo, al
empleado, al extranjero y aun al
ganado y a los animales salvajes
del campo. La palabra Shemitá
expresa la idea de dejar y
soltar. En el año de la Shemitá
el acreedor tenía que renunciar
a cobrar lo que le debían (ver Deuteronomio 15, 2). Por otra parte, todos estaban obligados
por la religión a prestar al
necesitado dinero o alimentos
sin exigir intereses (Levítico 25, 37), y así se mantenía el equilibrio de la fortuna: los
ricos cubriendo el déficit de
los pobres.
|
Y
santificaréis el año
quincuagésimo, y
proclamaréis libertad
(para los siervos) en
toda la tierra, para
todos sus moradores; año
de jubileo será para
vosotros, y cada uno de
vosotros tornará a sus posesiones, y cada uno a su parentela volverá. |
Tornará a sus posesiones
Después de que los hijos de
Israel conquistaron la
Transjordania y la Tierra
Prometida, el territorio fue
repartido entre el pueblo. La
división tuvo lugar primeramente
en proporción al número de
personas de las tribus, y
después entre las familias por
medio de los Urim y Tummim (ver
comentario en Levítico 8:8). Esta repartición se hizo para no variar jamás; pero
al correr de los años, como es
natural, no podía dejar de haber
altas y bajas entre las diversas
familias, por las diferencias de
inteligencia, trabajo, salud,
número de hijos, o por las
enfermedades o calamidades. Pero
la Ley de Moisés remedió las
causas del desequilibrio de
fortunas con dos preceptos: el
derecho de rescate de las
tierras alienadas y la ley del
jubileo. Si el rescate de las
tierras vendidas no podía ser
efectuado al final de cuarenta y
nueve años, la tierra volvía a
su primer propietario por la ley
del jubileo. En las ventas de
los terrenos se tenía en cuenta
el número de años que faltaba
para el próximo jubileo a fin de
fijar su precio. Así, las ventas
de la tierra no eran más que un
género de arrendamiento.
|
Y cuando
empobreciere tu hermano
y apoyare su mano en ti,
tú detendrás su caídaaunque fuere peregrino o extranjero morador de la tierra, para que
pueda vivir junto a
ti. |
Detendrás su caída
Además del precepto de socorrer al pobre, la ley nos ordena asistir
a aquél que esté amenazado de
caer en la pobreza: "Y cuando
empobreciere tu hermano y
apoyase su mano en ti, tú
detendrás su caída" (verso. 35).
¿De qué modo debemos ayudar al
que declina económicamente y
está para caer? Con préstamos
sin intereses, pues prestar es
mejor que dar. Rabí Yoná dice en
el Midrash (Yalcut 665): "No fue
escrito: Feliz aquél que da al
pobre, sino: feliz es aquél que
se porta inteligente con el
pobre" (Salmo 41, 2). La caridad
debe ser practicada con
inteligencia y delicadeza,
usando respeto y consideración
con el humilde y estudiando la
manera de dar a cada cual, con
el fin de no humillarle.
Habiendo tenido Rabí Yoná
conocimiento de la miseria en
que se encontraba una persona
notable de Ia ciudad, fue a
visitarla y le dijo: Tengo una
noticia de fuente segura: que te
cayó una herencia de parte de un
pariente que mora lejos. ¿No
desearías que te diera un
anticipo sobre tu futura
fortuna?"
|
No dominarás sobre él con rigor, y temerás a tu Dios. |
No dominarás sobre él con rigor
La Torah no prohibió a los
israelitas tener esclavos.
Podemos atribuir la causa al
estardo social de los pueblos de
la antigüedad, que no permitía
una abolición total e inmediata.
Pero la Ley de Moisés quebró los
eslabones de la esclavitud con
sus imposiciones al amo en favor
de los esclavos. El tiempo que
el israelita permanecía como
esclavo tenía un límite de seis
años (ver Exodo. 21, 1-11);
además estaba muy protegido por
la ley, y su situación era tan
buena que nuestros sabios
dijeron: "Quien adquiere un
esclavo hebreo es como si
comprase un dueño para sí"
(Kidushin 20). El esclavo pagano
no tenía tiempo determinado para
su esclavitud, pero la Torah
extendía también sobre él su
protección. La Ley decretó la
pena capital contra el amo que
ocasionase la muerte de su
esclavo, aunque fuese pagano.
Este recobraba la libertad
cuando su amo le ocasionaba
aunque sólo fuese la pérdida de
un diente (Exodo 21, 20 y 27), y
debía ser tratado con la
benevolencia que los divinos
preceptos recomiendan para con
los israelitas.
|
Pero si no me oyereis ni cumpliereis todos estos preceptos; |
Si no me oyeres
Esta perashá se llama comúnmente Tojajá (amonestación), pues habla
de los beneficios que nos
llegarán por la sumisión a los
preceptos de la Torah, y de los
males que nos alcanzarán por
desobedecerlos. Todo lo que
Moisés predijo, sucedió.
Nuestros antepasados podían
vivir felices y tranquilos en
sus tierras, pero abandonaron
estas leyes y en lugar de
unirse, se dividieron y en lugar
de adorar al Eterno, el Dios
único, se dejaron arrastrar por
la idolatría y adoraron en
diversas ocasiones la plata y el
oro. En vano los profetas les
advirtieron; ellos no
escucharon. Fue entonces cuando
sucedieron las desgracias. El
Templo fue destruido y tuvo
lugar la dispersión.
|
Yo también
haré esto con vosotros:
traeré sobre vosotros el
terror, la tisis y la
fiebre ardiente, que
desesperan y atormentan
el alma; y sembraréis en balde vuestra semilla, porque el fruto se lo comerán vuestros
enemigos. |
Sembraréis en balde vuestra semilla
Este versículo quiere decir que la simiente no crecerá, y aún si
creciese, la aprovecharán los
enemigos.
|
y a
vosotros os esparciré entre las naciones, y desenvainaré espada tras de vosotros,
y vuestra tierra quedará
asolada, y vuestras
ciudades quedarán en
ruinas. |
Os esparciré entre las naciones
De la misma manera que Dios
cumplió el castigo anunciado en
este pasaje, así también fue
realizada su promesa en la que
dice: "Mas aun estando ellos en
la tierra de sus enemigos, Yo no
los desecharé ni los abominaré
para consumirlos, invalidando mi
alianza con ellos; porque Yo, el
Eterno, soy su Dios" (verso 44).
Dios fue fiel a su promesa, y en
nuestros días ocurrió el gran
milagro. El sol de la libertad
brilló para nosotros. Ahora, más
que nunca, deberán escucharse
estas palabras del comienzo de
la perashá: "Si anduviereis en
mis estatutos y guardareis mis
preceptos y los cumpliereis. Yo
os daré vuestras lluvias a su
tiempo para que la tierra dé su
producto, y el árbol del campo
rendirá su fruto...Y comeréis
vuestro pan hasta la saciedad, y
habitaréis seguros en vuestra
tierra. Y yo estableceré la paz
en el país, y os acostareis sin
que nadie (os) amedrente... y la
espada no pasará por vuestra
tierra (versos 3-6)."
|
Habla a los
hijos de Israel y
diles: Cuando alguno hiciere un voto especial al Eterno, prometiendo
consagrarle una persona
según su avalúo, |
Este fragmento hasta el
versículo 8 trata de los votos
que hace la persona, prometiendo
pagar el valor de un ser humano,
de un animal o de una cosa, cuya
cuantía era utilizada para los
gastos de conservación del
Templo. El valor de un hombre de
edad de veinte hasta sesenta
años, se calculaba en cincuenta
siclos de plata, y el de una
mujer, en treinta siclos, etc.
(ver versos 3-8). Al envejecer,
el valor del hombre disminuye
más en proporción que el de la
mujer, pues los antiguos decían:
"Un viejo en la casa es una
bendición, pero una vieja es un
tesoro" (Talmud Erajín 19). Y si
fuese pobre quien hizo el voto,
lo pagaba según le permitiese su
situación económica, pero
dejando para sí la alimentación
para un mes, ropa para un año,
cama para dormir y demás
necesidades primordiales (Erajín
24).
|
|
Un omer de cebada
Un jómer o kor equivale a 10 efá ; la efá tiene aproximadamente la
capacidad de 36 litros.
|
Mas si
consagrase su campo
tiempo después del
jubileo, el sacerdote
calculará el precio a
razón de los años
restantes hasta el
próximo jubileo, y se
rebajarán del avalúo los
años que transcurran
desde la consagración hasta el rescate. |
La consagración hasta el rescate
Los versículos 28 y 29 tratan de la consagración denominada en
hebreo jérem, cuyo término tiene
varios significados según el
lugar y el tema donde se emplee.
Por ejemplo: en Levítico 27, 21
y 28 y Números 18, 14, esta
palabra quiere decir una cosa
que fue consagrada al Eterno; en
Deuteronomio 7, 26, jérem
significa abominación; en el
capítulo 13, 18 del mismo libro,
significa cosa prohibida; en
Josué 6, 17 y en Malaquías 3,
24, significa exterminio; en
Jueces 5, 16, significa anatema;
en Esdrás 10, 8, significa
excomunión o confiscación, y en
Ezequiel 44, 29, quiere decir
sacrificio.
|
Mas si
consagrase su campo
tiempo después del
jubileo, el sacerdote
calculará el precio a
razón de los años
restantes hasta el
próximo jubileo, y se
rebajarán del avalúo los
años que transcurran
desde la consagración hasta el rescate. |
La consagración hasta el rescate
Los versículos 28 y 29 tratan de la consagración denominada en
hebreo jérem, cuyo término tiene
varios significados según el
lugar y el tema donde se emplee.
Por ejemplo: en Levítico 27, 21
y 28 y Números 18, 14, esta
palabra quiere decir una cosa
que fue consagrada al Eterno; en
Deuteronomio 7, 26, jérem
significa abominación; en el
capítulo 13, 18 del mismo libro,
significa cosa prohibida; en
Josué 6, 17 y en Malaquías 3,
24, significa exterminio;
en Esdrás 10, 8, significa
excomunión o confiscación, y en
Ezequiel 44, 29, quiere decir
sacrificio.
|
Con todo, cualquier consagración que una persona hiciere al Eterno, de
cuanto fuere suyo
propio, ya sea hombre
(siervo o extranjero),
ya animal o campo de su
posesión, no podrá ser
vendido ni redimido: toda consagración será considerada sumamente sagrada para el Eterno |
Cualquier consagración
En
todos los tiempos, tanto en
la alegría como en el
sufrimiento, el hombre sintió la
necesidad de extender su corazón
hacia Dios y extender su
felicidad o infelicidad por
medio de votos, promesas y
consagraciones. Por otra parte,
algunos de nuestros sabios
aconsejan la moderación respecto
a los nedarim (votos); otros,
conociendo la flaqueza e
inconstancia del corazón humano,
casi los prohiben. "Es mejor
-dice Rabí Meir- no hacer una
promesa que hacerla y no
cumplirla". Rabí Samuel añade:
"Aun después de cumplir una
promesa la persona no actuó
bien, pues en caso de quebrarla
aunque sea por fuerza mayor,
blasfemaría contra el Eterno.
Sólo aquél que posee los
atributos superiores de un
Abraham, de un José o de un Job
puede hacer votos". Maimónides
(Ilijot Erajin, vajaramin, final
de capítulo 8) escribe a este
propósito: "Las promesas
sagradas de hekdesh, jérem y
jérem, son mandamientos de la
'Torah con vistas a acostumbrar
al hombre a hacer donativos, a
fin de cumplir con lo que fue
recomendado: honra al Eterno con
tus bienes" (Proverbios 3, 9);
pero no se considera pecado no
hacer votos, según fue escrito:
"Pero si te abstienes de hacer
un voto, no habrá pecado en ti"
(Deuteronomio 23, 23). En
cualquier caso, la persona no
(deberá donar todos sus bienes,
ya que necesitaría tal vez que
otros la mantuviesen y la gente
podría no tener piedad de ella.
la cantidad máxima estipulada en
el Talmud para hacer donativos,
es el 20% de sus haberes. El
capítulo 27 que trata de los
votos referentes a personas,
estipulando sus respectivos
valores, enseña que Dios no
desea sacrificios humanos. Los
paganos de la antigüedad,
ignorando el respeto a la vida,
llegaban a donar seres humanos y
a ofrecerlos en sacrificio a sus
divinidades. Es por esto por lo
que la Torah ordenó: "Cuando
alguno hiciere un voto al
Eterno, si fuere de persona,
será para el Eterno según su
avalúo; tu avalúo para el hombre
de edad de veinte años hasta la
edad de sesenta años, será de
cincuenta siclos de plata", etc.
(Levítico 27, 2-3). Esto quiere
decir: Si llegareis a hacer una
promesa para ofrendar una
persona a Dios, lo haréis por su
valor en plata y no con almas,
según lo hizo Yiftaj haguiladi
Jefté el galaadita).Jefté hizo
voto al Eterno, diciendo: Si
entregares a los amonitas en mis
manos, cualquiera que me saliere
a recibir de las puertas de mi
casa cuando volviere, será del
Eterno y lo ofreceré en
holocausto. Peleó pues Jefté con
los hijos de Amón y el Eterno
los entregó en su mano. Y
volviendo Jefté a su casa, su
hija única le salió a recibir
con adufes y danzas. Y él rasgó
sus vestidos diciendo: ¡Ay, hija
mía! He hecho promesa al Eterno
y no podré retractarme. Ella
respondió: Padre mío, haz de mi
como prometiste, pues el Eterno
ha hecho venganza en tus
enemigos. Déjame por dos meses,
que vaya por los montes y llore
mi virginidad con mis
compañeras. Pasados los dos
meses volvió a su padre, e hizo
de ella conforme al voto que
había hecho. De aquí fue la
costumbre en Israel que iban las
doncellas a endechar a la hija
de Jefté el galaadita cuatro
días al año. Los doctores de la
Ley condenaron severamente la
actitud de Jefté por no haber
invalidado su promesa por medio
de Pinejás, el sumo sacerdote,
pues éste le podía absolver de
su voto criminoso de acuerdo con
el ritual de la anulación de
votos. Pero había una rivalidad
entre ellos que les impedía
aproximarse. Pinejás decía: Yo,
el sumo sacerdote, ¿debo ir a la
casa de ese ignorante? Y Jefté
respondía: Yo, el jefe del
pueblo, ¿debo humillarme ante
uno de mis súbditos? Según los
comentaristas, ambos fueron
castigados por esto. Jefté tuvo
una horrible muerte y de Pinejás
se aparto el espíritu divino.
Toda
consagración será considerada
sumamente sagrada
El jérem del versículo 28 significa lo que llama el Talmud (Erajín
29) jaramé cohanim o jaramé
gavoa. En estos casos, todo lo
que se consagraba a los
sacerdotes o al Eterno no podía
ser cambiado. Pero con el jérem
del versículo 29 la Torah nos
quiere decir que no está
permitido pagar el rescate de
una persona condenada a ser
ejecutada (ver Tosafot Erajín
84).
Extraídos de la Etica de los Padres, que se
suele estudiar en los Shabats
del verano.
"Nunca digas 'Estudiaré cuando
tenga tiempo libre' pues tal vez
ese momento nunca llegue". (Rabí
Gamliel ben Rabí Yehuda Hanasí
2:4)
Esto estádirigido a todas las
personas que están tan pero tan
ocupadas que solamente tienen un
ratito libre, en medio de todas
sus actividades, para estudiar
Torá. Que no digan: "¿Qué puedo
aprender en tan poco tiempo?
Cuando tenga una cantidad de
tiempo más grande me voy a
dedicar a estudiar como
corresponde". Es posible que ese
momento nunca llegue, y,
mientras tanto, por culpa de su
negligencia perdió para siempre
ese cuarto de hora que tenía a
su disposición, una parte de su
vida que, después de todo, no es
más que una cadena de fragmentos
de tiempo como ese cuarto de
hora.
Tiferet Israel
Canciones que cantamos en la
mesa de Shabat
Mah Yedidut
"Cuan Amado..."
Bejen narutz likratej;boi jalá
nesujá
Por eso corremos hacia ti; Ven,
Oh Novia Real.
Cuando un hombre corre en una
plaza pública, y se choca con
otro que va caminando, el que
corre es responsable del daño
que cause, porque no es la norma
ir corriendo en un lugar
público. Pero si el acto de
correr tuvo lugar apenas antes
del comienzo del Shabat, el que
corría es perdonado, porque está
permitido correr para recibir
como corresponde al día santo,
igual que se recibe a un
invitado de la realeza.
Rabí Janina solía exclamar antes
del Shabat: "Salgamos hacia la
novia real, el Shabat." Rabí
Yanai se vestía con sus mejores
galas y proclamaba: "Ven, oh
novia; ven, oh novia".
Esa es la visión que expresamos
al darnos vuelta en la última
estrofa del "Leja Dodi". Y es
ésta escena la que representamos
al entonar: "Por eso corremos
hacia ti; ven, oh novia real".
PROMESAS DE HASHEM
Anoji anoji hu mojeh fesha'eyja lema'ani vejatoteyja lo ezkor. |
Sin
embargo, Yo soy aquél
que borra tus
transgresiones por amor
a Mí, y no me acordaré
más de tus pecados. |
Escrito y Recopilado por: Rabino Yaakov
Asher Sinclair de
la Organización Ohr Somayach de
Israel y Monsey
Editado por el
Moréh Eliyahu
BaYona,
Director de Shalom Haverim,
Monsey, New York.
|
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