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La Torá se dirige a Aarón y a sus hijos para enseñarles leyes adicionales relacionadas al servicio. Las cenizas del "Korbán Olá" - el Korbán quemado en el Altar a través de la noche - es removido del área por el Kohen después de que se saca su ropa de lino especial. La Olá es traída por alguien que se olvidó de cumplir con un mandamiento positivo de la Torá. El Kohen retiene el cuero. El fuego en el Altar debe arder constantemente. El "Korbán Minjá" es una ofrenda de comida que está hecha de harina, aceite y especias. Un puñado de esto se quema en el Altar, y un Kohen come el resto antes de que se fermente. La Parashá describe los Korbanot especiales ofrecidos por el Kohen Gadol cada día, y por los hijos de Aarón y sus futuros descendientes en el día de su inauguración. Se describe el "Jatat", el Korbán que se trae después de haber cometido una transgresión accidental, las leyes de la matanza y el esparcimiento de la sangre del "Asham"y el "korbán por una transgresión intencional" para ciertas transgresiones. Se describen detalladamente los "Shelamim", varias clases de Korbanot de paz y la prohibición de dejar los restos de la "Todá" (el Korbán de agradecimiento) sin comer hasta la mañana. Todos los sacrificios deben ser quemados después de que ya no se los puede comer. Ningún sacrificio puede ser comido si fue matado con la intención de comerlo demasiado tarde. Una vez que los Korbanot se hacen tamé (ritualmente impuros) no pueden ser comidos y deben ser quemados. Una persona no debe comer un Korbán cuando ella misma está ritualmente impura. Está prohibido comer la sangre y el jelev de un animal. Se les da a Aarón y a sus hijos el pecho y la parte de la pata entre la rodilla y el tobillo de los "Korbanot Shelamim". Se describe en detalle la ceremonia de inauguración para Aarón, sus hijos, el Mishkán y todos sus implementos.
"Si lo ofreciere por ofrenda de gracias..." (7:12) ¿Qué significa la palabra "judío"? "Judío" es la traducción de la palabra hebrea "yehudí", que proviene de la misma raíz que la palabra "lehodot". "Lehodot" es un término muy interesante. Posee dos significados. Significa "agradecer" y también significa "admitir". ¿Qué tienen de común "agradecer" y "admitir"? Al decir "gracias", estamos, esencialmente, admitiendo. Estamos admitiendo que estamos endeudados con la otra persona, por la bondad que hizo con nosotros. A menos que admitamos que recibimos un favor, no podremos decir "gracias". Si se nos llama "judíos", si eso es lo que somos, entonces debe ser que esas dos cualidades, la de admitir, y la de agradecer, son componentes integrales de nuestro pueblo. Cuando una persona se salva de un peligro que amenazaba con su vida, la costumbre judía es hacer una comida especial en agradecimiento a Hashem. Pero, ¿por qué Le damos gracias a Hashem de esta manera? ¿Por qué no damos fondos para caridad, por ejemplo? En la parashá de esta semana, se estudia una categoría especial de ofrendas que se llevaban al Beit ha Mikdash, y que se llamaban Korbán Shlamim (ofrenda pacífica). Esas ofrendas las comían, una parte los kohanim, y la otra, las personas que las ofrendaban. La regla general era que las ofrendas debían comerse en su totalidad dentro de 36 horas, dos días y una noche. Pero el Korbán Todá era la excepción. ¿En qué consistía? El Korbán Todá era la ofrenda que se Le llevaba a Hashem en agradecimiento por haberse salvado de un peligro. El lapso permitido para consumir el Korbán Todá eran solamente 24 horas: un día y una noche, hasta la medianoche. ¿Por qué el lapso para comer el Korbán Todá era tanto más corto que el de los otros shelamim? Y este interrogante cobra fuerza si tenemos en cuenta la inmensa cantidad de comida que se debía consumir con el Todá: cuarenta panes. La respuesta es que cuando la persona que traía el Todá veía todo lo que había para comer, invitaba a sus amigos a celebrar y regocijarse junto a él en una comida compartida. Por cierto que el tema principal de conversación era la gran salvación que había sido causa del encuentro, y el anfitrión solía narrar las milagrosas circunstancias de su rescate. Y, en especial, se le pedía que dijera palabras de Torá y de agradecimiento a Hashem por su salvación. Cuando una persona tiene que levantarse y hablar frente a una multitud, lo normal es que se le acelere el pulso, se le humedezcan las palmas de las manos y se le seque la boca. Se ve forzado a pensar con sumo cuidado lo que está a punto de decir, y cómo va a decirlo. A través de ese proceso de reanálisis, la persona que recibió el milagro volvía a examinar cada uno de los detalles de su salvación, con el resultado de que no solamente inspiraba a su auditorio con el relato, sino que él mismo alcanzaba la concientización de todo la bondad que le había conferido Hashem. Abarbanel, Rabí Itzjak Ezraji en Mizmor le Todá, por el rabí Daniel Travis.
"Se mantendrá ardiendo un fuego continuo sobre él; no será apagado" (6:6) La Torá prohíbe apagar el fuego del Altar. Por el contrario: el fuego debe ser atendido constantemente, agregándole leña tanto como haga falta, de modo tal que la llama se eleve en forma constante. Y si está prohibido apagar siquiera una sola brasa del Altar físico (Zevajim 91), cuánto más grande será la prohibición de apagar siquiera una sola brasa ardiente del Altar espiritual, que es el corazón judío. El ansia de santidad, la llama del corazón que siempre aspira a elevarse más y más, hacia arriba, hacia su fuente, siempre deberá alimentarse y fortalecerse, a través del razonamiento, la sabiduría y el discernimiento, con la iluminación de las mitzvot y la luz de la Torá. Orot ha Kodesh
"Ordena a Aarón y a sus hijos, diciendo: 'Esta es la ley de la ofrenda de elevación..." (6:2) Cada uno de los órganos de los sentidos tiene una cubierta que lo protege de las cosas indeseables. La boca tiene labios, capaces de evitar que la boca emita frases fuera de lugar. Los oídos cuentan con lóbulos que pueden emplearse para bloquear la entrada de malas palabras. Los ojos tienen párpados y cejas. Y así con todos los órganos de la percepción. Con una sola excepción. La mente no tiene protección. Los pensamientos no tienen visor. Van y vienen como quieren. Por eso hace falta una medida extra de presteza y de vigilancia a fin de protegerla de los malos pensamientos. Acerca del versículo citado, Rashi comenta que cuando la Torá emplea el término "ordenar", siempre implica "presteza". En el Talmud, Rabí Shimon afirma que cuando hay un "jisarón kis", la Torá exige una medida extra de vigilancia. Literalmente, "jisarón kis" significa "pérdida de bolsillo", una pérdida monetaria. En la mayoría de las ofrendas, los kohanim recibían parte del animal como comida.Sin embargo, en el caso del korbán olá, en que se quemaba toda la ofrenda y el Kohen no recibía nada, los kohanim precisaban de una medida extra de vigilancia. No obstante, "jisarón kis" también puede significar "que le falta una cubierta". La ofrenda de elevación se llevaba como expiación por los malos pensamientos. La mente no tiene barrera, no tiene cubierta. Por eso, donde falta la protección, hace falta una medida adicional de vigilancia y de cuidado. Sijot Tzadikim en Maianá shel Torá.
La Ley de la Ofrenda Vegetal
La Ley de la
Ofrenda por el Pecado
La comerá
El Rito de la Tenufá
Los Urim y los Tumim
El Carnero de la Consagración
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Jeremías 7:21
- 8:3; 9:22 - 9:23 La Haftará nos habla acerca del sentido verdadero de las
ofrendas y Yirmiyahu tiene la poco amable tarea de advertir
al Pueblo que la conducta que mantienen equivocando el
camino los puede llevar al exilio y a la destrucción. El profeta enfrenta la actitud arrogante del Pueblo que
pensaba que nada les iba a pasar ufanandose en la protección
que esperaban del Templo; como se dice:
El Pueblo obraba con falta de sinceridad al ofrendar sus sacrificios por lo que el Templo comenzó a perder su verdadero significado. Lo que Hashem espera es que el Pueblo siga por el camino que El ha trazado, ya que nada había hablado de ofrendas y sacrificios cuando los sacó de Egipto. Las palabras del profeta se resumen en dos aspectos fundamentales: Escuchar la voz de Dios, Dios será su Dios y ellos serán Su Pueblo, y andar por el camino que El señaló para que les vaya bien.
Escrito y Recopilado por:
Rabino
Yaakov Asher Sinclair de la Organización Ohr
Somayach de Israel y Monsey
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